Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
Oribe Peralta salió de la aduana del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de inmediato los aficionados del América lo abordaron en busca de una foto o un autógrafo, sin embargo, el cansancio y el fastidio por el viaje desde Japón, en el cual invirtieron más de 20 horas, ocasionaron que el Cepillo no accediera a las peticiones, provocando molestia en algunos seguidores.
Pero el delantero no fue el único. La mayoría del plantel, incluyendo al técnico Ricardo La Volpe, prefirieron evitar a los fanáticos buscando de inmediato una salida, incluso algunos custodiados por dos o tres elementos de seguridad que los acompañaron hasta sus automóviles.
Poco a poco y de manera dispersa, fueron saliendo uno a uno los jugadores de las Águilas. Entre aficionados y medios de comunicación provocaron la molestia de más de uno, como de William da Silva, quien se molestó con la prensa ya que no lo permitían el paso. O el paraguayo Oswaldo Martínez, quien al ver los micrófonos y las cámaras apresuró el paso argumentando cansancio.
Ricardo Peláez, presidente deportivo del cuadro azulcrema, se paró para ofrecer declaraciones, momento que aprovecharon varios futbolistas para "huir" desapercibidos y sin ser molestados.
Los más jóvenes del plantel, como el defensa Edson Álvarez, fueron los encargados de atender a los seguidores, que al no tener suerte con los referentes como Oribe, Rubens y Moisés, los buscaron mientras eran recibidos por sus familiares, que tuvieron que aguantar hora y media más ya que el vuelo proveniente de Houston, donde hicieron escala, se retrasó en dos ocasiones.
Así, entre caras largas y de cansancio, las Águilas arribaron a la Ciudad de México, donde tendrán poco tiempo para descansar, ya que mañana inician la preparación para la serie final ante Tigres.