La relación entre Red Bull y Sergio Pérez se ha deteriorado, escenario que ninguna de las dos partes pudo ocultar en Italia y que fue reflejado en los secos comentarios del mexicano y en el desdén que mostró Christian Horner hacia él.
Desde el sábado, Horner no se animó a dar algún comentario de aliento a Checo tras la clasificación, aunque su silencio fue más evidente después de la carrera del domingo, en donde el tapatío solo tuvo un corto y poco amistoso intercambio de palabras con Hugh Bird, su ingeniero.
Cuando corría en el quinto puesto en la vuelta 43, a Checo se le pidió ingresar por segunda ocasión a los pits para cambiar de los duros a los blandos, aunque para su mala fortuna un Safety Car apareció en la vuelta 48, lo que hizo que su ingreso fuera un desperdicio.
Poco antes de que acabara la carrera con el auto de seguridad, Checo le comentó a Bird que "estaba bien con las duras, amigo, ¿por qué paramos?", a lo cual el ingeniero solo respondió "sí, lo discutimos después".
Para entonces, Checo se había quedado sin palabras y sin ánimos de continuar la charla con el estratega, a quien únicamente le comentó que tenían "mucho por mejorar" hasta detener su monoplaza.
Horner, quien no tuvo interacción con Checo tras acabar en sexto lugar, llenó de elogios a Verstappen, a quien le mencionó que mereció la victoria en Monza, a pesar de que se dio con el SF.
Solo se refirió al desempeño del mexicano ante los medios de comunicación y tras ser consultado directamente por su participación, aunque extrañamente lo hizo para destacar su reacción.
