
La muerte de Dietrich Mateschitz en octubre pasado resultó una dura sacudida para toda la organización Red Bull, pero muy especialmente para Helmut Marko, quien bajo el abrigo de su amigo se convirtió en uno de los hombres más poderosos en la escudería de Fórmula 1, situación que empieza a cambiar con Oliver Mintzlaff al mando.
Helmut Marko, gran crítico de Checo Pérez
Con su dejo de melancolía, el todavía asesor deportivo de la escudería austriaca y uno de los críticos más fuertes de Sergio Pérez, reconoció que ya no tiene la necesidad de detallarle a un jefe cada paso que se da en Red Bull, ya que los procesos son distintos con Mintzlaff.
"Ya no es el caso que me informe por teléfono después de cada sesión de entrenamiento y carrera. La relación directa, personal y amistosa ya no existe. Didi era un visionario, tenía emociones. Ya no veo eso", explicó en charla con Speedweek.
Poco contacto con la nueva cabeza de Red Bull
Si bien Marko tiene la libertad de siempre, por ahora se mantiene apegado a Red Bull, a la espera de ver cómo se desarrolla bajo el futuro. "Puedo parar en cualquier momento si ya no soy feliz", aseguró Marko, quien dio a conocer que apenas ha cruzado palabras con Mintzlaff.
"Nos encontramos dos veces (con Mintzlaff). Obtuvo ideas. Queda por ver hasta dónde llegará en nuestras ideas. Red Bull Racing siempre ha sido muy independiente".
Mientras tanto, Marko sigue muy de cerca el desarrollo de Max Verstappen, quien es la mayor apuesta de Red Bull y a quien ve muy por arriba de Checo Pérez; además tiene la capacidad de charlar con Christian Horner cuando se necesite, como sucedió en la negociación que hubo con Ford, su futuro socio a partir de 2026.