
Con sentimientos encontrados, Iván García llegó esta noche al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para emprender el viaje a Japón en donde competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
“Feliz de que por fin llegó el día, parecía que no llegaba y que no se iba a hacer. Ya hoy tengo la oportunidad de asistir a mis terceros Juegos Olímpicos. Hay que disfrutarlos y dar lo mejor para la familia y los mexicanos”, dijo el clavadista.
Uno de los motivos por los cuales el 'Pollo' mostró una serie de sentimientos previo a su viaje fue debido a que solo participará en la prueba Individual Varonil en Plataforma 10 metros tras no ganar junto a Randal Williars en el control técnico de la Federación Mexicana de Natación y ser superados por la dupla de Kevin Berlín y Diego Balleza. Sumado a lo sucedido con Paola Espinosa, quien junto a Dolores Hernández tampoco lograron instalarse en la justa veraniega.
“Fueron muchas cosas que pasaron y no debieron haber pasado. La verdad es que no sé porqué la Federación tuvo que hacer las cosas así, ya están tomadas las decisiones así que no me queda más que intentar lo mejor en mi prueba individual, haré cada clavado con el corazón en la mano y espero que los mexicanos se sientan satisfechos con el resultado que tenga”.
Triste despedida
García destacó que dentro de la felicidad por partir a los que serán sus terceros Olímpicos, hay tristeza debido a que las restricciones sanitarias por la pandemia de la COVID-19 no permitirán que tenga la compañía de su pequeña hija Ivana de la que se despidió antes de llegar al AICM y a la que pudo ver tras cuatro meses de encierro en la burbuja del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR).
“Vengo de ver a mi hija y a mi mujer, me llenaron de energía porque fueron cuatro meses muy complicados los que nos hizo vivir la Conade al salir de casa y encerrarnos en el CNAR, así que ahora tuve la oportunidad de verlas”, señaló.