Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
La sonrisa de Lewis Hamilton iluminó un Autódromo Hermanos Rodríguez oscurecido por una nube que amenazaba con soltar una tormenta. Sus ojos se cristalizaron y extendió los brazos hacia arriba para celebrar su quinto título en la Fórmula 1.
El británico coincide con la mayoría de los pilotos de la máxima categoría: la pista mexicana es complicada por la altura en que está situada, pero es la gente y su colorido la que la hace la fecha más esperada. Por si fuera poco, aquí conquistó dos de sus cinco títulos Mundiales, algo que le será difícil de olvidar.
“Me siento como si acabara de despertarme, fue un gran año. Estoy satisfecho, fue un año muy difícil, de gran batalla, pero con un mucho trabajo se pudo conseguir el título, tratar de ser Campeón este año fue un gran reto para mí”, dijo en conferencia de prensa tras finalizar cuarto en el Gran Premio de México.
“Soy un piloto feliz, no pude dormir, este es el momento más precioso para mí y lo aprecio, México es genial, la gente es excepcional y espero volver pronto en enero para entrenar, pero quiero ver a mis perros esta noche”.
El hombre nacido en Stevenage, Reino Unido, tiene 33 años. Su madurez se refleja al hablar y lejos está aquella actitud soberbia que se le criticó en sus inicios.
“Ha sido una larga aventura, nada es perfecto, he cometido muchos errores pero siempre es genial, niños o mujeres conduciendo es loco para mí ver brillo en sus ojos cuando me ven y quieren ser como yo”, comentó.
Hamilton siempre fue apoyado por su familia para cumplir sus sueños, ahora solo espera ser un agente de cambio y ser una imagen positiva para las nuevas generaciones.
“Siempre he querido dejar un impacto positivo, quiero ser recordado como alguien que inspira, que inspiró a jóvenes en momentos difíciles y los impulsó a la educación, es difícil ponerlo en palabras pero nunca he querido ser nada, esa es mi meta”, explicó el pentacampeón de la máxima categoría.
El británico de Mercedes Benz igualó con cinco títulos a Juan Manuel Fangio y está a dos del récord histórico del alemán Michael Schumacher.
"Para mí este es el momento más orgulloso de mi carrera, no teníamos el auto más rápido al principio y, Jesús, amo manejar, amé manejar este año, amo mi trabajo y trato de hacer las cosas siempre bien”, sentenció.
El británico coincide con la mayoría de los pilotos de la máxima categoría: la pista mexicana es complicada por la altura en que está situada, pero es la gente y su colorido la que la hace la fecha más esperada. Por si fuera poco, aquí conquistó dos de sus cinco títulos Mundiales, algo que le será difícil de olvidar.
“Me siento como si acabara de despertarme, fue un gran año. Estoy satisfecho, fue un año muy difícil, de gran batalla, pero con un mucho trabajo se pudo conseguir el título, tratar de ser Campeón este año fue un gran reto para mí”, dijo en conferencia de prensa tras finalizar cuarto en el Gran Premio de México.
“Soy un piloto feliz, no pude dormir, este es el momento más precioso para mí y lo aprecio, México es genial, la gente es excepcional y espero volver pronto en enero para entrenar, pero quiero ver a mis perros esta noche”.
El hombre nacido en Stevenage, Reino Unido, tiene 33 años. Su madurez se refleja al hablar y lejos está aquella actitud soberbia que se le criticó en sus inicios.
“Ha sido una larga aventura, nada es perfecto, he cometido muchos errores pero siempre es genial, niños o mujeres conduciendo es loco para mí ver brillo en sus ojos cuando me ven y quieren ser como yo”, comentó.
Hamilton siempre fue apoyado por su familia para cumplir sus sueños, ahora solo espera ser un agente de cambio y ser una imagen positiva para las nuevas generaciones.
“Siempre he querido dejar un impacto positivo, quiero ser recordado como alguien que inspira, que inspiró a jóvenes en momentos difíciles y los impulsó a la educación, es difícil ponerlo en palabras pero nunca he querido ser nada, esa es mi meta”, explicó el pentacampeón de la máxima categoría.
El británico de Mercedes Benz igualó con cinco títulos a Juan Manuel Fangio y está a dos del récord histórico del alemán Michael Schumacher.
"Para mí este es el momento más orgulloso de mi carrera, no teníamos el auto más rápido al principio y, Jesús, amo manejar, amé manejar este año, amo mi trabajo y trato de hacer las cosas siempre bien”, sentenció.
