Se dio el último adiós al exjugador NFL, Aaron Hernández, en
un funeral privado llevado a cabo en su natal Bristol, Connecticut, acompañado
de familiares y amigos, entre los que destacaron su madre, hermano y prometida.
Ala cerrada de los New
England Patriots durante tres temporadas (2010-2012), Hernández purgaba una
sentencia de por vida en una prisión de máxima seguridad en Massachusetts por
asesinato.
El pasado 19 de abril fue encontrado muerto en su celda luego de
ahorcarse con unas sábanas.
Un juez ordenó el viernes que se conserve toda la evidencia de
su suicidio en prisión, como lo solicitó la prometida del exjugador, a fin de
que la familia pueda investigar las circunstancias de su muerte.