
Hines Ward alcanzó el clímax de su carrera cuando se convirtió en el Jugador Más Valioso del Super Bowl XL con Pittsburgh Steelers, algo que nunca habría conseguido de no ser por el bullying.
La teoría de sangre pura en Corea del Sur es un concepto que impera en esa península, se afianzó después de independizarse de Japón y afectó a Hines, quien al ser hijo de una coreana y un afroamericano, fue víctima de racismo aun sin haber nacido.
“Fue difícil crecer en Corea, es decir, para mí siendo un niño birracial”, contestó Ward a pregunta directa de Mediotiempo.
“Siempre sufrí bullying, los niños se burlaban porque mi mamá era coreana, mi papá era negro, así que crecer fue complicado, era diferente al resto así que yo solía llorar todo el tiempo”.
Nacido en 1976, Ward vivió su infancia en Atlanta cuando fue alejado de su madre, luego de que su papá ganara su custodia tras divorciarse, alegando que su mamá no podría darle una buena educación al no hablar inglés. Como si crecer sin el apoyo materno no fuera suficiente, lo hizo en Estados Unidos, uno de los países con más alto índice de racismo en el mundo.
“Pero eso cambió cuando me involucré en el deporte, la gente empezó a dejar de verme por mi color y me vio como familia, así que el deporte se trató de mi familia y ya no de mi raza”, abundó el exreceptor abierto de 42 años durante el evento multideportivo Heat MX, celebrado en la capital mexicana.
Fue así que Hines ingresó a la Universidad de Georgia, donde destacó al convertirse en el segundo receptor con más yardas (1,956) en la historia de los Bulldogs.
Siempre tratando de emular a su ídolo Jerry Rice.
“Había un montón de jugadores que admiraba en la universidad. Quería ser como Jerry Rice, por supuesto, quería ser como los grandes quarterbacks como Joe Montana, pero sabía que ellos no se habían convertido en lo que son de la noche a la mañana y tenía que trabajar duro como ellos, así que mi modelo cuando era niño fue querer ser como Montana, Rice. Amaba a esos 49ers”, confesó.
Fue así que en la tercera ronda del Draft de 1998, los Steelers lo eligieron sin imaginar que se convertiría en el primer receptor de la franquicia en superar las 11 mil yardas y sería clave en la obtención de dos anillos de Super Bowl.
Siempre ayudado por su formidable manera de bloquear y dominar a sus rivales.
"La última vez que escuché football, era un deporte de contacto. Así me gusta este deporte pero no está hecho para todos. La liga está llevando esto muy lejos, entiendo que quieran proteger a los jugadores del contacto y las contusiones, siento lástima por los defensivos, no saben qué es una tacleada. No me gustan las nuevas reglas de contacto", apuntó Ward sobre las nuevas reglas de la NFL para evitar más conmociones.
Fue así que Hines Ward forjó su leyenda. Un mito que quedó inmortalizado en la pantalla grande en 2012, cuando formó parte de elenco de Batman, el Caballero de la Noche Asciende. Porque como buen héroe, logró salir adelante más allá de la adversidad e hizo justicia.
“Sí, estuve en Batman ¿Saben? jugar para los Steelers es algo de impacto mundial, por todos lados ves toallas terribles agitándose, lo ves aquí en CDMX, así poder ser parte de esa película fue genial, porque pude actuar en Batman, son cosas que testifico que esta organización es conocida en todos lados, la Nación Acerera siempre apoya donde sea y hasta en las películas, fue genial verme en la película con mis hijos, me dijeron ‘papá, eres tú’”, sentenció.