Los seguidores del Tricolor tardaron para hacerse sentir en el Coloso de Santa Úrsula, pues ya con el juego iniciado la entrada lucía bastante floja, con ambas cabeceras del inmueble y muchas zonas de la parte baja casi vacías.
Sin embargo los aficionados siguieron llegando, incluso en el medio tiempo, muchos corrían en las rampas para llegar a ver los últimos 45 minutos. Cuando arrancó la segunda parte, el estadio ya lucía una buena entrada, lo cual también se podía sentir al momento de los gritos y los reclamos en las faltas no pitadas por el árbitro central.
El ambiente en las tribunas contrastó en demasía con el duelo en la cancha. Mientras los 22 jugadores se enfrascaban en un partido de mucho contacto e interrumpido, la afición prefirió olvidarse por un momento en lo que pasada en el terreno de juego para organizar la ola, e incluso entonar algunas estrofas del “Cielito Lindo”.