Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
La fe de los musulmanes es muy grande y siempre latente, por lo que en el agónico pase de Egipto a la Copa del Mundo de Rusia 2017, esta se hizo totalmente presente tanto por los jugadores como por la afición y hasta en los cronistas del encuentro ante Congo.
Y es que el narrador de un canal de televisión egipcia, al momento de que se marcó el penal al 94’, se entregó a la euforia y comenzó a gritar: “Allahu Akbar” que en árabe significa, “Dios es el más grande”, incluso sin que todavía la pena máxima se cobrara.
Fue tanta la emoción de que el silbante marcara el penal, que incluso la banca de Egipto saltó para meterse al campo a festejar. Otros futbolistas que estaban en el campo se hincaron e hicieron oración, mientras la afición estaba vuelta loca.
Un minuto después, Mohamed Salah, la estrella del Liverpool, fusiló al portero congoleño para el 2-1 final y la fiesta se consumó en Egipto, país que jugará su primera Copa del Mundo después de 27 años, tras haber disputado su última en Italia 1990.
Y es que el narrador de un canal de televisión egipcia, al momento de que se marcó el penal al 94’, se entregó a la euforia y comenzó a gritar: “Allahu Akbar” que en árabe significa, “Dios es el más grande”, incluso sin que todavía la pena máxima se cobrara.

Un minuto después, Mohamed Salah, la estrella del Liverpool, fusiló al portero congoleño para el 2-1 final y la fiesta se consumó en Egipto, país que jugará su primera Copa del Mundo después de 27 años, tras haber disputado su última en Italia 1990.