
Ashraf Ali llegó al Estadio 974 con seis horas de antelación al partido del Mundial entre Argentina y Polonia y, desesperado, levantó un cartel escrito a mano que decía: "Necesitamos entradas".
Alguien le ofreció una por 2.000 dólares, nueve veces su valor nominal.
Eso era demasiado caro para Ali, de 30 años, quien viajó a Qatar desde Egipto para cumplir el sueño de ver jugar a la estrella argentina Lionel Messi. Treinta minutos antes del comienzo del partido, consiguió una entrada por 500 dólares y presenció la victoria de Argentina por 2-0.
Otros aficionados al futbol sin entradas se reúnen cada vez más en los abarrotados perímetros de los estadios de Doha durante la Copa Mundial para regatear con los vendedores ambulantes, que ofrecen entradas para los partidos más populares por un precio hasta 10 veces superior a su valor nominal.
No parecen dejarse intimidar por las patrullas policiales, las cámaras de seguridad y las leyes que prohíben esta práctica en el estado árabe del golfo Pérsico.
Algunos hasta los venden mil veces más caros
"Se está formando un mercado negro", dijo a Reuters un vendedor ambulante de entradas de Francia, que afirmó que las ventas le han hecho ganar suficiente dinero para pagar su viaje a la fase final, más una bonificación.
El hombre, que pidió no ser identificado, dijo que cobra a "los hinchas más entregados" un sobreprecio del mil por ciento por las entradas para los codiciados partidos en los que participan estrellas como Messi y Cristiano Ronaldo.
Otros experimentados vendedores ambulantes viajaron a Doha para ganar dinero con el evento más importante del futbol, el primero en Oriente Medio. Reuters habló con una veintena de personas que dijeron haber comprado o intentado comprar entradas en el mercado negro a través de plataformas de redes sociales o en las afueras de los estadios.
También se vio a aficionados intercambiando dinero en efectivo por pases en el exterior del estadio Al Thumama, donde una multitud de personas sin entradas quería ver a Marruecos en el partido que ganaba por 2-1 contra Canadá.
El sábado, los organizadores instaron a los aficionados sin entradas a no acudir a los estadios, tras los partidos del jueves y el viernes, en los que grandes multitudes intentaron acceder sin ellas.