Bora Milutinovic es recordado por haber llevado a México al famoso ‘quinto partido’ y tenía reputación por sacarle provecho a selecciones sin mucho renombre internacionalmente y durante su paso por Estados Unidos hizo de las suyas.
El entrenador serbio fue contratado por la Federación de Futbol de Estados Unidos en 1991, cuando competía con Rinus Michels o Carlos Queiroz. Y logró darle forma a un combinado estadounidense sin experiencia para el Mundial que fueron sede en 1994.
Milutinovic tenía fama también de establecer sesiones de fut-tenis en los entrenamientos, mismos que tomaba en serio y sus decisiones importantes salían de cómo se desempeñaban en dichos ejercicios, así lo dejó a ver Alexi Lalas.
“Vi a un compañero de equipo meterse a la lista de la Copa del Mundo por la manera en que jugó al fut-tenis en uno de los día antes del corte”, dijo a la BBC entre risas.
“Sabíamos que Bora se lo tomaba muy en serio (el fut-tenis) porque él también lo jugaba. Para él, la evaluación de ese fut-tenis era más sobre como el individuo o individuos abordaban el juego en conjunto. ¿Qué es lo que están haciendo?, ¿qué tan competitivos son? ¿Cómo se tomaron la derrota? ¿Cómo eligen a su pareja?”, añadió.
Lalas recordó que Bora era un experto para probar su paciencia, y que una de sus grandes pruebas fue su cabellera, que era parte de su imagen como jugador, lo que también llamó la atención de serbio.
“Tenía el cabello muy largo y recuerdo que estábamos en Phoenix, Arizona y el asistente de Bora me dijo: ‘Bora quiere que te cortes el pelo’”, recordó Lalas. “Estaba irritado y empecé a gritar ‘esto es América’, ‘esto no está bien’, pero el hecho es que hubiera hecho lo que fuera para estar en el equipo y recuerdo caminar por la calle a la barbería para cortarme el pelo”.
“Tuvimos una reunión esa noche y fue la primera vez que Bora me vio (desde el corte de pelo). Entró, solo me saludó asintiendo con la cabeza y continuó. Eso fue un año y medio antes del Mundial y nunca dijo otra cosa sobre mi cabello o cómo me veía porque en ese momento había pasado esa prueba. Él quería ver porque sabía que, para mí, el cabello era importante. A partir de ese momento, me dejé crecer el cabello y la barba. Si tenía que hacer ese sacrificio, volvería con ganas”.
