Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
No sería el equipo más fuerte del Mundial pero sí uno temible. La URSS podría tener un equipo con aspiraciones protagonistas si la actual Selección de Rusia pudiera tener “refuerzos” de las ex Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Rusia cuenta con nombres como los “extranjeros” Vladimir Gabulov, portero del Brujas, Roman Neustadter, defensa del Fenerbahce y el delantero Denis Cheryshev, primer jugador ruso en vestir los colores del Real Madrid y actual integrante del Villarreal.
Sin embargo, si aún existiera la URSS podría contar con jugadores tan importantes como Henrikh Mkhitaryan, de Armenia, y quien se distingue por su juego con el Arsenal de la Premier League.
De hecho, si se convocara a jugadores de los 15 países que conformaban la URSS se podría formar un equipo competitivo en todas las posiciones del campo, como lo demuestra también el caso de Ragnar Klavan, defensa del Liverpool, quien podría hacer pareja con Karol Mets, de Estonia, que juega en el NAC Breda de la Eredivisie.
Así, los jugadores del Zenit St. Petersburgo como Daler Kuzyaev o a los del Lokomotiv de Moscú como Aleksey Miranchuk podrían tener compañeros mundialistas como el delantero ucraniano Andriy Yarmolenko, que milita en el Borussia Dortmund de Bundesliga.
¿Y por qué no, tener en cuenta a Artjoms Rudnev, delantero de Letonia que juega con el Hannover, de la Bundesliga y hasta Artur Ionita de Moldavia que viste los colores del Cagliari de la Serie A?
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se desintegró en 1991 y aunque ninguna de las 15 selecciones ha hecho algo importante en el futbol en más de 20 años, actualmente hay contadas excepciones de futbolistas en Ligas importantes de Europa.
En ese sentido, hay países como Kazajistán cuyo equipo está conformado solo por jugadores locales y que no hubieran aportado nada a la URSS en esta justa mundialista.
Así es como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que una vez tuvo al legendario portero Lev Yashin, podría haber conformado un plantel con más posibilidades que la actual Rusia, que volverá a participar en una justa del orbe con el objetivo de llegar más allá de la Fase de Grupos donde se ha quedado en sus últimas tres participaciones.
Rusia cuenta con nombres como los “extranjeros” Vladimir Gabulov, portero del Brujas, Roman Neustadter, defensa del Fenerbahce y el delantero Denis Cheryshev, primer jugador ruso en vestir los colores del Real Madrid y actual integrante del Villarreal.
Sin embargo, si aún existiera la URSS podría contar con jugadores tan importantes como Henrikh Mkhitaryan, de Armenia, y quien se distingue por su juego con el Arsenal de la Premier League.
De hecho, si se convocara a jugadores de los 15 países que conformaban la URSS se podría formar un equipo competitivo en todas las posiciones del campo, como lo demuestra también el caso de Ragnar Klavan, defensa del Liverpool, quien podría hacer pareja con Karol Mets, de Estonia, que juega en el NAC Breda de la Eredivisie.
Así, los jugadores del Zenit St. Petersburgo como Daler Kuzyaev o a los del Lokomotiv de Moscú como Aleksey Miranchuk podrían tener compañeros mundialistas como el delantero ucraniano Andriy Yarmolenko, que milita en el Borussia Dortmund de Bundesliga.
¿Y por qué no, tener en cuenta a Artjoms Rudnev, delantero de Letonia que juega con el Hannover, de la Bundesliga y hasta Artur Ionita de Moldavia que viste los colores del Cagliari de la Serie A?
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se desintegró en 1991 y aunque ninguna de las 15 selecciones ha hecho algo importante en el futbol en más de 20 años, actualmente hay contadas excepciones de futbolistas en Ligas importantes de Europa.
En ese sentido, hay países como Kazajistán cuyo equipo está conformado solo por jugadores locales y que no hubieran aportado nada a la URSS en esta justa mundialista.
Así es como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que una vez tuvo al legendario portero Lev Yashin, podría haber conformado un plantel con más posibilidades que la actual Rusia, que volverá a participar en una justa del orbe con el objetivo de llegar más allá de la Fase de Grupos donde se ha quedado en sus últimas tres participaciones.
