La vida da vueltas y de esto fue testigo Diego Rivas, entrenador de porteros del Arenteiro de Primera Federación (Tercera División en el sistema de ligas del futbol de España), que tuvo que descolgar los guantes por una última oportunidad.
El conjunto del que forma parte Rivas enfrentaba al histórico Deportivo La Coruña en un partido fundamental para las aspiraciones de ambos equipos, sin embargo, Arenteiro enfrentaba un grave problema: no contaba, siquiera, con guardameta titular.
Diego García sufrió una lesión en el tendón de Aquiles y el tercer portero, Manu Figueroa, tampoco estaba disponible por lesión por lo que la opción era colocar a Pablo Brea, quien está cedido justamente por el Deportivo La Coruña.
Era precisamente ese el motivo por el que Brea no podía jugar pues, debido a la famosa cláusula del miedo, si disputaba el partido, Arenteiro tenía que pagar una fuerte suma al Depor, cosa que económicamente no era viable para el club.
La alternativa llevó a que Diego Rivas, de 36 años, fuera registrado para enfrentar al Deportivo y lo hizo como si su retiro hubiera sido hace unos días pues su entrenador, Javi Rey, lo destacó como el mejor jugador del encuentro.
Por si no fuera suficiente con sus atajadas, Rivas remató un córner en los últimos minutos que rebotó en un compañero para que Manuel Romay pusiera el 2-2 definitivo sobre el minuto 90+4.
"Bendito partido y bendita experiencia. El futbol es muy caprichoso y tiene estas cosas. El destino me tenía guardado este partido para mí, creo que me lo merecía", declaró Diego Rivas luego del encuentro en el que volvió a nacer.
