Editorial Mediotiempo
Estadio Yuba Bharati Krirangan, Calcuta, India
La ausencia del VAR y un gol “fantasma” que no legitimaron para Mali marcaron la polémica de la semifinal del Mundial Sub-17 en la que España consiguió el boleto al partido por el título tras imponerse 3-1.
Para este torneo la FIFA determinó no emplear el ojo de halcón, tecnología que pudo darle un giro a este partido de haber validado un gol de los africanos cuando el partido estaba 2-0 en su contra y dominaban a los españoles.
El juego fue muy parejo, ambos equipos tuvieron sus lapsos de dominio y los ibéricos abrieron el marcador a través de un penal bien ejecutado por Abel Ruiz, mismo jugador que amplió la ventaja al 43’.
Cuando más complicado parecía el panorama, Mali mostró otra cara y puso en serios aprietos a los europeos, que lucían confiados dada la ventaja de dos goles.
A los 62 minutos llegó la polémica. Doucoure remató desde afuera del área, el balón impactó el travesaño y rebotó dentro del arco español, pero ni el silbante central ni el asistente avalaron el tanto, causando la molestia de toda la selección de Mali.
Esta jugada cambió por completo el rumbo del partido, pues los africanos decayeron en ánimo. Desde la banca solo había reclamos hacia el cuerpo arbitral y eso lo aprovechó la Furia Roja para marcar el tercer gol por conducto de Ferrán Torres.
Es así como España jugará su cuarta final del Mundial Sub-17 y buscarán levantar su primera corona ante Inglaterra, que eliminó a Brasil y debutará en partidos por el título de esta categoría.
Para este torneo la FIFA determinó no emplear el ojo de halcón, tecnología que pudo darle un giro a este partido de haber validado un gol de los africanos cuando el partido estaba 2-0 en su contra y dominaban a los españoles.
El juego fue muy parejo, ambos equipos tuvieron sus lapsos de dominio y los ibéricos abrieron el marcador a través de un penal bien ejecutado por Abel Ruiz, mismo jugador que amplió la ventaja al 43’.
Cuando más complicado parecía el panorama, Mali mostró otra cara y puso en serios aprietos a los europeos, que lucían confiados dada la ventaja de dos goles.
A los 62 minutos llegó la polémica. Doucoure remató desde afuera del área, el balón impactó el travesaño y rebotó dentro del arco español, pero ni el silbante central ni el asistente avalaron el tanto, causando la molestia de toda la selección de Mali.
Esta jugada cambió por completo el rumbo del partido, pues los africanos decayeron en ánimo. Desde la banca solo había reclamos hacia el cuerpo arbitral y eso lo aprovechó la Furia Roja para marcar el tercer gol por conducto de Ferrán Torres.
Es así como España jugará su cuarta final del Mundial Sub-17 y buscarán levantar su primera corona ante Inglaterra, que eliminó a Brasil y debutará en partidos por el título de esta categoría.