La visita de Christian Eriksen, que salió del hospital el jueves tras su paro cardíaco cinco días antes, tranquilizó a sus compañeros de la Selección de Dinamarca, que el lunes se miden a Rusia, en un partido decisivo para saber si alcanzan o no los octavos de final.
Eriksen visitó a sus compañeros el viernes tras su salida del hospital de Copenhague, donde fue atendido tras haberse desplomado durante un partido ante Finlandia, haciendo temer un fatal desenlace durante unos momentos.
"Esto significaba mucho para los jugadores, que no le habían visto, especialmente para los más próximos a Christian. Una cosa es verle en vídeo y otra poder mirarle a los ojos", explicó el domingo en conferencia de prensa el seleccionador danés, Kasper Hjulmand conferencia de prensa.
"Estuvo bien. El ambiente es diferente, por supuesto, pero ha estado bien verle a él y a su familia. Era algo importante para varios jugadores", insistió Hjulmand.
OBLIGADOS A GANARLE A RUSIA
Después de perder ante Finlandia y Bélgica, Dinamarca no tiene más opción que ganar el lunes a Rusia en Copenhague para apurar sus pequeñas opciones de clasificarse a octavos de final de la Eurocopa.
"Lo dimos todo ante Bélgica y tenemos que hacer lo mismo. Hemos generado muchas ocasiones. Todas las estadísticas se parecen a las que nos darían seis puntos y realmente estamos a cero", lamentó.
"No estamos liquidados. Hemos tenido un debut difícil y vamos a comenzar ahora. Estamos preparados para superar este grupo y para jugar otros partidos", afirmó el entrenador danés.
Dinamarca tuvo el mayor éxito de la historia de su futbol en una Eurocopa, la de 1992, donde se proclamó campeona.
Los daneses necesitan sí o sí la victoria sobre Rusia. Su posición en el Grupo B, segundos o terceros, dependería entonces del resultado de Finlandia, que se enfrentará en el mismo momento a Bélgica, ya clasificada, en San Petersburgo.
