
Va a terminar feo el tema entre Barcelona y Ousmane Dembélé, el jugador francés que ha sido acusado públicamente por la institución -junto a su agente- de "rechazar sistemáticamente" todas las ofertas de renovación; por ende, ha quedado descartado de futuras convocatorias, pero el Mosquito explotó en redes sociales contra la directiva.
Descartado para la Copa del Rey frente al Athletic Bilbao por decisión técnica tras las acusaciones de los mandatarios, Ousmane Dembélé publicó en Instagram una carta en la que se dijo "harto del chismorreo y los chantajes" desde hace cuatro años que llegó al Barcelona, negando tajantemente estar en rebeldía o alguna falta de compromiso.
"Hace cuatro años que no paro de leer cosas sobre mí sin nunca ponerme a justificarme. Hace cuatro años que se van acumulando los chismorreos sobre mí", comienza la carta del extremo francés, quien es el fichaje más caro en la historia del Barça junto a Philippe Coutinho, quien ya se fue de la institución.
"A partir de hoy, se acabó. Voy a contestar con sinceridad sin ceder a ningún tipo de chantaje (...) He vivido momentos complejos, lesiones, me ha afectado el COVID, sin la más mínima sesión de entrenamiento, el míster me ha solicitado y siempre he cumplido sin rechistar", agrega.
Sobre los dichos de Mateu Alemany, director de futbol del Barcelona, de su supuesto "nulo compromiso" para con el proyecto futuro del equipo, el jugador categóricamente mencionó: "Prohíbo a cualquiera dar a entender que no estoy implicado en el proyecto deportivo o atribuirme intenciones que yo nunca he tenido".
¿Qué pasará con Dembélé?
En lo que parece una situación "perder-perder", las dos posturas están muy claras. El Barcelona congelará a Dembélé si este no acepta una renovación o se marcha este mismo invierno, mientras el jugador está dispuesto a quedarse parado medio año con tal de poder marcharse libre en el verano a un cuadro que sí cumpla sus exigencias económicas.
El problema para Ousmane es que, de acuerdo a trascendidos, su pretensión de 200 millones de euros por cinco años es algo que muy pocos clubes estarían dispuestos a pagar y mucho menos por un futbolista plagado de lesiones y nivel inconsistente.