
Mucho se dice que el Real Madrid es un club gastador por naturaleza, que con Florentino Pérez como presidente jamás han rehuido a pagar cientos de millones de euros para hacerse de los futbolistas más grandes del mundo (Cristiano, Zidane, Figo, Ronaldo, entre otros), pero los Merengues también se han convertido en unos vendedores expertos.
Sabedores de que necesitan deshacerse de varios futbolistas para poder ejecutar el "Plan Pogba-Mbappé", la directiva blanca ya lleva recaudados más de 100 millones de euros con tan solo tres ventas. ¿Lo mejor? Los vendidos eran auténticos "fantasmas".
La más reciente se confirmó este miércoles con Raúl de Tomás, quien solamente jugó un partido con el primer equipo del Real Madrid y fue en el muy lejano 2014-15.
La pasada campaña estuvo con el Rayo Vallecano, donde marcó 14 goles en 34 partidos y el Benfica alzó la mano para ficharlo por 20 millones de euros.
En días pasados se marcharon Marcos Llorente y Mateo Kovacic, quienes en total abonaron 85 millones de euros a las arcas madridistas.
El primero se fue al enemigo de ciudad, el Atlético, por la nada despreciable suma de 40 millones, si se toma en cuenta que jugó escasos 7 partidos en Liga y 2 en Champions, sin lograr siquiera hacerle sombra a Casemiro en la pelea por la contención.
Con Kovacic, el Chelsea fue quien ejerció la opción de compra luego de un año como cedido por 45 millones. El croata, que vivió a la sombra de Modric y Kroos, jugó 32 duelos de la Premier League y 12 de Europa League el curso previo.
Estos tres "borrados" dejan un maravilloso ingreso de 105 millones de euros para contrarrestar los 300 gastados hasta el momento en gente como Hazard y Jovic -entre otros-, pero con la mente puesta en dos franceses: Kylian Mbappé y Paul Pogba.