

Estigmatizado por algún tiempo como el jugador que desvió el balón que permitió la resurrección del América en la Final del Clausura 2013 ante Cruz Azul, Alejandro Castro está convencido de un par de cosas: de estar en paz y de que duele más el retiro.
Tras pasar por Pumas, San Luis y Santos luego de su época con la Máquina, de donde fue canterano y la que le dio para llegar a Selección Nacional, el mediocampista confirma que ningún futbolista está preparado para dejar las canchas.
“Me costó muchísimo trabajo, hasta hace poco creo que terminé de liberarlo, de sentirme realmente tranquilo y cada quien vive el proceso a su tiempo, entonces lo importante es tener en cuenta eso, que todo tiene un principio, que todo tiene un fin, todo en la vida, no solo el futbol”, asegura en entrevista con Mediotiempo.
Pero no todos los fines son malos. Uno de ellos fue el término de la sequía celeste con el título de mayo pasado, lo que disfrutó al triple porque también enterró en el pasado la Final perdida contra las Águilas, el rival de la Máquina el próximo sábado en el Estadio Azteca por la Jornada 16 del Apertura 2021.
“Ya pasaron ocho años y medio casi, entonces así lo veo, son accidentes, a veces te toca para bien, a veces para mal, yo en ese momento corrí con mala fortuna y es parte de la vida, parte del juego y nada más”, afirma.
“El título lo disfruté muchísimo, como jugador también porque tengo compañeros que siguen ahí, tengo muy buena relación con Chuy, con Cata, conozco a Adrián (Aldrete), a Baca, los utileros, ellos son parte de mi historia, yo también fui parte de la historia de Cruz Azul”.
‘LO QUE PASÓ EN LA FINAL LO SUPERÉ’… ‘CUANDO DEJAS DE JUGAR, SE TERMINÓ’
Castro dejó Cruz Azul a mediados del 2015, pero encontró un buen lugar para continuar su carrera en C.U. Sin embargo, dos años después no le dejaron continuar, lo que provocó que pasara por San Luis, Celaya y Santos, sin la estabilidad que esperaba porque aún se sentía bien física y futbolísticamente.
“Como futbolista nunca estás listo, nunca estás preparado para retirarte. Me costó muchísimo trabajo asimilarlo, dejar de jugar cuando sientes que todavía puedes ofrecer algo, que puedes competir. Es muy feo, la verdad, pero no estuvo dentro de mis manos y estoy muy contento, muy satisfecho con la carrera que tuve porque cumplí un sueño de niño”, destacó.
“Pasó lo que pasó en la Final pero lo pude superar y lo seguí haciendo algunos años y cuando dejas de jugar no es como que ahorita dejas de jugar y regresas. Dejas de jugar y se terminó”.
A FAVOR O EN CONTRA, EL DEPORTE ES FORTUITO
Con la posibilidad de ser director técnico por lo que ya ha estudiado (ya fue auxiliar de Memo Vázquez en San Luis), Castro está en el proceso de definir en qué parte del futbol quiere continuar, pues se ve inspirado en amigos cercanos como el Chaco Giménez, Gerardo Torrado y el Jimmy Lozano.
Con la perspectiva de los años, acepta que el deporte es fortuito y que en grandes episodios de otras disciplinas conecta lo que le sucedió en aquella Final, como le pasó al ver la última caída de Roger Federer, de quien es fanático, ante Novak Djokovic, en Wimbledon.
“Se fueron a cinco sets y Federer tuvo para ganar el partido dos o tres ocasiones y termina perdiendo, pero fue una Final muy emocionante. Son cosas que el deporte en general te regala y creo que hay muchos ejemplos”.