 
 Confundido por unos segundos con Federico Viñas, nuevo refuerzo del América, el cementero Guillermo “Pol” Fernández regresó a la Ciudad de México con el mejor empujón anímico que puede tener un futbolista: su familia.
En un viaje fugaz a Argentina, Pol pudo solucionar las complejidades del permiso para sacar a su pequeña hija de su país.
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— MedioTiempo (@mediotiempo) September 1, 2019
Pol Fernández feliz por tener a su familia en México para seguir mostrándose en Cruz Azul ???? pic.twitter.com/9DVNjR9tph
“El permiso no estaba completo y seguí todo muy rápido. Tuve que ir el viernes por ellos en la tarde y ayer (sábado) esperar todo el día para tomar el vuelo de regreso en domingo por la madrugada. Ya vieron que estuve en la cancha del Racing, pero no iba a estar ocho horas en el aeropuerto así que aproveché para retirar pertenencias que se me habían quedado”, explicó luego de evitar al gran grupo de reporteros que se encontraba a la espera de Federico Viñas.
Cargando a su hija, Pol reconoció que ahora tendrá un plus en su día a día para ganarse la confianza del cuerpo técnico celeste en su primer torneo con La Máquina.
“Quería tener a mi familia acá, hacía mucho tiempo que estaba separado de ellas y ahora ha estar metido cien por ciento en lo que es el club. La idea del trabajo que tenemos y ojalá los resultados comiencen a llegar”.
Por otro lado, Fernández habló de las molestias musculares que presentó al término del partido ante Xolos del miércoles, pues dentro de la lesión pudo aprovechar para solicitar un permiso con el club y arreglar los paparles de su familia.
“Terminé el partido contra Tijuana con un dolor muy fuerte en el talón que a medida de que fueron pasando los días fue disminuyendo. Así que esperemos esta semana ya terminar el trabajo de recuperación”.
 
     
 