
En una institución acostumbrada a ganar campeonatos, como lo es el América, hubo una etapa ausente de éxitos que quedó muy grabada en el imaginario colectivo, toda ella gestada por el ingenio de Leo Beenhakker, entrenador que murió el 10 de abril de 2025. Les llamaron las Águilas Áfricanas, esas que fueron encabezadas por Kalusha y Biyik.
La Temporada 1994-95 fue una de las más enriquecedoras en la historia del club azulcrema, que, a la cabalidad cumplía con las exigencias históricas: ganaba, gustaba y goleaba. Su riqueza fue tal que hasta quienes no eran americanistas lo respetaban por su vistoso y efectivo estilo de juego. El único "pero" fue que no pudieron redondearlo con un campeonato.
Juan Hernández, jugador de ese equipo y uno de los íconos del americanismo, destacó este equipo como el campeón sin corona, pues el estilo ofensivo que implementaron los hizo culminar la campaña regular como sublíderes, solo por detrás de las Chivas,
“Él (Beenhakker) implementó su escuela holandesa y nos convenció a todos. Cada entrenamiento lo disfrutábamos al máximo, sabíamos a qué jugábamos. Pero después lo corren y desafortunadamente fuimos los campeones sin corona”, recordó Hernández a mediotiempo en noviembre de 2020.“Éramos una familia y un equipo comprometido que sabíamos a qué jugábamos desde los entrenamientos y por eso antes de cada partido ya no había una charla táctica”.
Kalusha y Biyik fueron fundamentales en el América de Beenhakker
El plantel del América contaba con dos jugadores que fueron clave en el sistema de Beenhakker, los africanos Kalusha Bwalya y Francois Omam-Biyik, quienes lideraban un cuadro que además tenía a Zague, Luis García, Cuauhtémoc Blanco, Juan Hernández y Joaquín del Olmo, entre otros.
“Ellos fueron fundamentales, Kalusha marcaba mucho la diferencia en el medio campo, tenía pases exactos y precisos y de ahí que teníamos un buen contragolpe y Biyik era un matón en el área, así que si no hubieran estado, creo que no hubiéramos sido tan contundente”, añadió el Cheché.
La filosofía del estratega holandés la entendieron a la perfección los jugadores, pero el equipo encontró admiración de la afición por el espectáculo que daban en cada encuentro.
“Jugábamos bien con Leo y si nos metían tres goles nosotros hacíamos cinco goles, dábamos espectáculo y jugábamos como la gente quería, con la mística del club América”.

¿Qué significó la salida de Beenhakker de América?
Durante las 34 fechas que Leo Beenhakker fue entrenador del América, el equipo no solo daba espectáculo, también ganaba por goleadas, pero la historia del equipo cambió cuando cesaron al estratega a falta de cuatro juegos para culminar la Fase Regular y darle paso a Mirko Jozic, quien llegaba con el cartel de campeón de la Copa Libertadores con Colo Colo.
Dicha salida obedeció a diferencias entre el entrenador neerlandés con Emilio Diez Barroso, entonces presidente del club azulcrema, quien quería "meter mano" dentro del equipo al solicitar que Joaquín del Olmo fuera excluido. Ninguno de los dos lados cedió y la rica etapa acabó en abril de 1995 sin ningún título obtenido.
"En mi casa de Cuernavaca, me llama Giuseppe Rubolotta (entonces Vicepresidente del América) y me dice que agarre mis maletas", rememoró en 2010.
A pesar de lo amargo que resultó el final de este equipo, el América de Beenhakker será recordado como uno de los equipos que marcaron época y siempre será recordado sin haber saboreado las mieles de un título.
