Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
Gerardo Torrado se presume como el asistente del legendario gol de Giovani en la final de la Copa Oro del 2011. “Siempre les digo que lo dejé solo a Giovani, lo dejé solo contra cuatro”, dice con ironía y satisfacción sobre la anotación más emblemática del Tri contra Estados Unidos.
Fue el testigo mexicano más cercano a ella, el compañero que le filtró a Dos Santos un pase que desató una genialidad y le puso un extraordinario broche al triunfo mexicano por 4-2 sobre el rival del próximo viernes.
“Yo me echo a correr porque veo que Giovani tiene la cabeza abajo”, recordó a Mediotiempo. “Dije ‘me voy a acercar para ser otra opción y si me la quiere dar poder rematar al arco’. Pero esos son los goles que ya tienes en la cabeza que los vas a hacer y fue una obra de arte”.
Como Héctor Enrique, quien presume que fue el asistente del gol del siglo de Maradona porque le dio un pase en media cancha antes de que el “10” recorriera medio Estadio Azteca, Torrado se dice un orgulloso partícipe de la jugada.
“Le di un pase con la izquierda a Giovani, él iba entrando por esa banda derecha, a pierna cambiada suya”, mencionó.
Tras ello, Dos Santos se llevó a cuatro estadounidenses y metió la pelota por el único resquicio posible, en el ángulo, librando el salto del quinto rival.
“Giovani me hizo el asistente porque él generó toda la jugada de gol. En partidos decisivos (contra Estados Unidos) recuerdo ese gol, el de Israel (Castro) que mete en el Estadio Azteca, que también es en eliminatoria”, agregó.
“Pero ese de Giovani la verdad que es una obra de arte. Tiene todo: tiene técnica, tiene aspectos físicos, potencia, inteligencia, es un gol que engloba muchísimas cosas, muchísimas cuestiones técnicas, físicas y tácticas”.
A dos horas, sin ambiente
Vía telefónica desde Indiana, donde emigró con el Indy Eleven a medio año y días antes de jugar la final de la NASL (será el domingo contra el N.Y. Cosmos), Torrado no nota demasiada expectativa para este viernes.
“(Columbus) está a dos horas y media en coche, pero no (se siente ambiente) porque Indiana no es una ciudad 100 por ciento futbolera, entonces la verdad es que no se percibe en las calles, no se percibe en la tele”, explicó.
“Dentro del mismo vestidor, con norteamericanos que te digan del ‘dos a cero’, la verdad es que no, no se percibe tanto. Lo he platicado con el auxiliar, que jugó en Chivas USA, que jugó con Claudio y con Palencia, del entorno que genera esa cancha para la Selección de Estados Unidos, pero fuera de ello la verdad es que se ha de vivir mucho más en la ciudad donde se va a jugar”.
Fue el testigo mexicano más cercano a ella, el compañero que le filtró a Dos Santos un pase que desató una genialidad y le puso un extraordinario broche al triunfo mexicano por 4-2 sobre el rival del próximo viernes.
“Yo me echo a correr porque veo que Giovani tiene la cabeza abajo”, recordó a Mediotiempo. “Dije ‘me voy a acercar para ser otra opción y si me la quiere dar poder rematar al arco’. Pero esos son los goles que ya tienes en la cabeza que los vas a hacer y fue una obra de arte”.
Como Héctor Enrique, quien presume que fue el asistente del gol del siglo de Maradona porque le dio un pase en media cancha antes de que el “10” recorriera medio Estadio Azteca, Torrado se dice un orgulloso partícipe de la jugada.
“Le di un pase con la izquierda a Giovani, él iba entrando por esa banda derecha, a pierna cambiada suya”, mencionó.
Tras ello, Dos Santos se llevó a cuatro estadounidenses y metió la pelota por el único resquicio posible, en el ángulo, librando el salto del quinto rival.
“Giovani me hizo el asistente porque él generó toda la jugada de gol. En partidos decisivos (contra Estados Unidos) recuerdo ese gol, el de Israel (Castro) que mete en el Estadio Azteca, que también es en eliminatoria”, agregó.
“Pero ese de Giovani la verdad que es una obra de arte. Tiene todo: tiene técnica, tiene aspectos físicos, potencia, inteligencia, es un gol que engloba muchísimas cosas, muchísimas cuestiones técnicas, físicas y tácticas”.
Vía telefónica desde Indiana, donde emigró con el Indy Eleven a medio año y días antes de jugar la final de la NASL (será el domingo contra el N.Y. Cosmos), Torrado no nota demasiada expectativa para este viernes.
“(Columbus) está a dos horas y media en coche, pero no (se siente ambiente) porque Indiana no es una ciudad 100 por ciento futbolera, entonces la verdad es que no se percibe en las calles, no se percibe en la tele”, explicó.
“Dentro del mismo vestidor, con norteamericanos que te digan del ‘dos a cero’, la verdad es que no, no se percibe tanto. Lo he platicado con el auxiliar, que jugó en Chivas USA, que jugó con Claudio y con Palencia, del entorno que genera esa cancha para la Selección de Estados Unidos, pero fuera de ello la verdad es que se ha de vivir mucho más en la ciudad donde se va a jugar”.
