El futbol es un deporte que puede ser utilizado como lenguaje universal, incluso cuando no se pueden expresar palabras y en un mundo de silencio, en donde lo que sobra es la pasión, actitud y voluntad por salir adelante.
Así fue la experiencia vivida por Miguel Layún, Ángel Zaldívar y Eric Cantú, jugadores de Rayados que tuvieron la oportunidad de visitar el Instituto para el Desarrollo Integral del Sordo, en donde convivieron y aprendieron la manera en que los niños y jóvenes que nacen con una deficiencia en su capacidad auditiva.
“Nunca había tenido la posibilidad de venir a un sitio como este, creo que ha sido una experiencia positiva, muy bonita el ver todo lo que hacen, el trabajo, las clases que toman. Nos enseñaron un poquito de todo y ha sido una visita de esas que siempre te dejan algo positivo para conocer algo más de nuestro entorno”, comentó Layún.
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Tanto el mundialista mexicano, así como Zaldívar y Cantú, aprendieron las clases de lenguaje de señas que llevan los pequeños y jóvenes para comunicarse entre ellos y con las demás personas, así como el talento y creatividad que tienen para participar en concursos de robótica a los que asisten.
Incluso, también se dieron tiempo para participar con uno de los jóvenes en una reta de dominadas y ‘free style’, en donde todos mostraron sus mejores habilidades y trucos con el balón.
Al concluir la visita, Layún señaló que ya tiene preparada una señal para festejar la próxima vez que se haga presente en el marcador con el Monterrey.
“Me pusieron mi seña, me platicaron en el salón de clases que cada uno tiene una seña para su nombre para que sea más breve y más fácil, ya me bautizaron cómo es la mía de Layún. Aprendí eso hoy, así que espero pronto enseñarla a más gente”, comentó el lateral de los Rayados.
Al final, los jugadores les regalaron a los pequeños algunos obsequios, les firmaron autógrafos y se tomaron la foto del recuerdo, pero sobre todo, aprendieron que nada es imposible para quienes desean salir adelante, ante cualquier prueba que les presente la vida.
