
Una vez más, La Minerva se llenó de vida al festejar un campeonato de futbol, pero no fueron las Chivas quienes festejaron y, de hecho, no había ni rastro rojiblanco en las inmediaciones, algo que se entiende cuando el acérrimo te restriega en la cara la superioridad que es imposible de negar. El América es el único motivo para que la histórica glorieta pueda vestirse de gala.
Siete años han pasado desde la última corona del Rebaño y mientras tanto, América ha celebrado cuatro campeonatos pintando de azulcrema a la diosa romana.
Familias enteras festejaron en la Perla Tapatía
Entre banderas, máscaras y cánticos, aparecen Gabriel, Enrique y Patricio; una familia americanista que no desaprovechó la oportunidad de celebrar el triunfo, y es que no todos los días se vive un campeonato, pero el tricampeonato es algo que sólo el América en la historia de los torneos cortos, puede presumir.
“Le digo a mis hijos que son muy afortunados de la edad que tienen y de gozar los campeonatos del América, por primera vez tricampeones y yo el más afortunado de vivir esto con mis hijos”
Enrique fue la oveja negra de la familia rojiblanca.
“Mi papá, mi mamá, mi hermano, mucha familia política también le va a las Chivas, pero yo desde chico siempre fui americanista porque nos gusta ganar”
Si tuvieran la posibilidad de estar cara a cara con André Jardine dirían:
“Que siga por más, que sea un equipo de época, que le permita a los jóvenes seguir viviendo estas experiencias y que sigamos sumando títulos”.
El pelotón que poco a poco fue creciendo recorrió una y otra vez las faldas de La Minerva, a la cuenta de 1, 2, 3, hasta llegar al 16 y “el que no brinque es Chiva”, se alargó la fiesta tapatía por el título capitalino.
Información de Vanessa Flores / Guadalajara