Las calles de León lucen tranquilas pese a que en 24 horas, el equipo de la ciudad disputará la Gran Final del Clausura 2019. León se medirá ante Tigres en busca de su octavo título, lo hará en el Nou Camp, en donde la última final disputada fue en el lejano Invierno 1997 cuando cayeron ante Cruz Azul.
Pese a todo ello, los leoneses disfrutan de un sábado tranquilo. Incluso, la avenida principal, el Boulevard Adolfo López Mateos luce con poca actividad de revendedores, quienes bajo los árboles que adornan la banqueta, esperan a seguidores que buscan obtener un par de las últimas entradas para la fiesta que comenzará mañana en punto de las 20:06 horas.
El boleto más barato es ofrecido por 3 mil pesos, no hay rebajas... es lo menos. Ellos dicen que la vista desde el punto más alto de la casa esmeralda es buena: ‘ni que fuera el Azteca’, bromeó uno de ellos. Y sí, 31 mil espectadores no se comparan con los poco más de 80 mil que aguarda el Coloso de Santa Úrsula. La arquitectura de la guarida de La Fiera permite que desde cualquier butaca se disfrute del líder del torneo.
Justo frente a la tienda oficial de productos de los Panzas Verdes, llegan poco a poco hombres (en su mayoría) para intentar adquirir máximo cuatro boletos. El más caro sale en 5 mil, pero advierten que ya son muy poquitos, apenas son 10 los que tienen disponibles.
La Final no ha generado una ansiedad en los seguidores por querer ser parte de ella. La venta por taquillas fue tranquila, no faltaron aquellos que esperaron días para tener sus boletos, pero todo alrededor de un ambiente sereno. Hoy, los revendedores hacen su labor de forma mesurada, saben que mañana, unas horas previas, podrán hasta duplicar el precio para aquel despistado que llegó tarde y busca estar dentro del Nou Camp.
Mientras, aguardan con los vendedores de banderas a los curiosos que desean hacer un último intento para poder ser parte del duelo de Fieras.
