
La herencia suele ser una constante entre las familias, pues normalmente la profesión o el oficio, son banderas que van ondeando las distintas generaciones de cada núcleo; y el deporte no es ajeno a esta tradición, porque casi en todas las disciplinas, aunque no todos logrando ser igual exitosos, aparecen los junior.
Y un caso atípico, rayando en lo maravilloso e increíble, fue el que escribieron Christian y Santiago Giménez, padre e hijo, que además de pasarse la estafeta, pudieron incluso compartir el rectángulo verde en un partido amistoso.
Del Chaco al Chaquito, el estandarte se lo pasó el mediocampista a su chaval, quien es delantero, y se enlistan entre los consanguíneos que pudieron usar la misma elástica en su andar en los llanos de la Liga MX.
Y fue en un Cruz Azul vs Pumas, en Houston, que el técnico de esa Máquina, Joaquín Moreno, decidió juntar en el campo a los Giménez, justo cuando el vástago apenas tenía 15 años.
Capítulo único en el balompié, pues Santiago, en una de las acciones que pudo armar, fue derribado en el área por el portero de Universidad, Alfredo Saldívar y el árbitro marcó penalti.
Para mala suerte de los Chacos, Christian, el papá, falló desde los once pasos, de ahí que dejaron en el tintero que hubieran podido combinarse para un gol y el empate del cuadro celeste, que finalmente perdería aquel compromiso por la mínima (1-0).
???? LA FAMILIA ????
— CRUZ AZUL (@CruzAzul) February 21, 2022
La alegría de ver a @santigim10 anotar. ???? pic.twitter.com/0kD2HUcuO6
Jugaron en el América
José Alves, el llamado Lobo Solitario, una de las grandes figuras del América romántico, después de hacer carrera en México y haber triunfado con las Águilas, tuvo el placer de ver a su hijo, Luis Roberto, mejor conocido como Zague, siguiendo sus pasos; Zaguiño y su viejo son parte de los goleadores históricos del milloneta, pues mientras el vástago es el máximo, con 190 tantos, el jefe es el cuarto, con 106 anotaciones.
También con el capitalino, aunque no con la misma trascendencia, la familia Dos Santos pudo cumplir el sueño de ponerse la crema al triple; el pionero fue Zizinho, quien pudo brillar en su época como aguilucho y siguieron el camino sus retoños: Giovani y Jonathan; en el caso de Gio, éste pasó de noche, mientras que Jona, en su segundo torneo, espera, de entrada, jugar más.
Otra historia del tipo
Fernando Arce, canterano americanista, pero que pudo destacarse en equipos como el Morelia, Santos Laguna y Xolos de Tijuana, igual compartió escudo con su muchacho; Fer, aunque ha sido más bien irregular, fue parte de los caninos precisamente cuando la carrera de su padre estaba en su punto final.