Un 13 de julio, pero del 2014, el nombre de Mario Götze quedó grabado en la mente de los argentinos, de Lionel Messi y compañía. El juvenil se consagró campeón con Alemania en el Mundial de Brasil con un gol que lo catapultó como una promesa del futbol alemán.
Con 113 minutos en el reloj y un duelo que parecía no tener final, Götze se convirtió en héroe con su gol en una Final de la Copa del Mundo a los 22 años. Su futuro parecía estar en bandeja de plata, tras su actuación, Mario llegó al Bayern Munich para la campaña 2014-2015 en la que metió 15 goles en 48 partidos.
Todo estaba con el sello de una carrera prometedora hasta que, poco a poco las lesiones le aquejaron. En el Bayern, Pep Guardiola dejó de darle la titularidad y pese al cambio de técnico con Carlo Ancelotti, la situación no pintaba nada bien para el futbolista.
Fue así que volvió al Borussia Dortmund para la siguiente campaña 2016-2017. Una ves enrolado en la plantilla, sufrió la rotura parcial de los ligamentos de su tobillo derecho. Tras unos estudios, a petición del club, Götze fue diagnosticado con un trastorno en su metabolismo, que podría ser hipotiroidismo.
Tras la confirmación de la enfermedad, fue separado del plantel para llevar su tratamiento que lo alejó por cinco meses de la cancha en los que la imagen con sobrepeso del juvenil sorprendió a Alemania y al mundo entero, esto debido a que una de los efectos del hipotiroidismo es el aumento del peso. La enfermedad se caracteriza por la baja producción de hormona tiroidea, vital para mantener estable el metabolismo.
Su ausencia en el Mundial de Rusia 2018 fue una situación que le ayudadó a dejar atrás su padecimiento e intentar recuperar su nivel, pues él ha expresado que ese golpe le hizo recordar cuando en el Maracaná, Joachim Löw le dijo al meterlo en la cancha antes de que el duelo fuera alargado a tiempos extras: “Demuestra que eres mejor que Messi” .
