
Por años fue el héroe de millones, el que hizo creer que el quinto partido en un Mundial era posible, el que se puso las camisetas del Manchester United y Real Madrid, pero este 2020 nos encontró con la versión más triste de Chicharito.
El delantero que alguna vez le dio el boleto al Madrid a Semifinales de la Champions con un gol ante el Atlético, pero que olvidó ese instinto goleador a su llegada a la MLS, concretamente al Galaxy de Los Ángeles, ciudad donde fue recibido como estrella de Hollywood y hoy es visto como algo peor que "actor de reparto".
Del amor al odio: unos mariachis y un gol
Antes de que la pandemia del coronavirus cambiara al mundo y no nos permitiera siquiera abrazarnos, cientos de paisanos y aficionados del Galaxy se reunieron en el aeropuerto de L.A. el 22 de enero para darle la bienvenida a Javier Hernández, que ya daba señales de un declive en Europa, pero ¡qué más daba si era el Chicharito!
El Cielito Lindo en voz de los mariachis, porras con su nombre y solicitudes de autógrafos como si fuera alfombra roja de una película marcaron el inicio de lo que parecía la "relación perfecta" con el futbolista azteca más popular y la segunda ciudad con más mexicanos del mundo, pero goles son amores y esos no llegaron.
'Chicharito hace más shows de TV que goles'
En marzo, cuando apenas habían pasado dos partidos de la temporada -que después tuvo que detenerse por la pandemia del coronavirus-, los fans del Galaxy ya daban muestra de su descontento con Hernández Balcázar, a quien acusaron de estar más pendiente "de salir en la televisión que de meter goles", esto por su aparición en diferentes programas y talk shows, entre ellos los de Jimmy Kimmel y James Corden.
Medio año después, la respuesta de los seguidores estaba en la misma sintonía: "Inflado", "agrandado" y "solo vino a vender playeras" eran las constantes críticas porque la paupérrima cuota goleadora del mexicano contrastaba con ser uno de los tres mejores pagados de la MLS.

Chicharito, Diego Dreyfus y algo cambió
Un solo gol en toda la temporada le ganaron la animadversión del público, pero CH14 desconcertó más allá de la cancha con actitudes que contrastan con aquel joven surgido de Chivas que recibía a todos con una sonrisa y se mostraba respetuoso y tolerante.
De pronto, en redes sociales y algunas entrevistas aparecieron respuestas retadoras, críticas a la "mentalidad del mexicano" y algunas "actitudes que ni Messi o Cristiano tienen" que sus compañeros del Galaxy reprocharon.
Coincidentemente, en la vida de Javier apareció un coach mental de nombre Diego Dreyfus, a quien se le asocia con los cambios de actitud del futbolista, a lo que el señalado respondió irónicamente en redes sociales recientemente: "Soy destructor de carreras de futbolistas".
Más allá de si Dreyfus es responsable en algo del cambio de Hernández, lo cierto es que el jugador perdió el gol y algo más importante, el carisma y cariño de mucha gente.
Hoy los aficionados del Galaxy, de la Selección Mexicana y del futbol están desencantados con el Chicharito, el hombre récord del Tri al que le celebran no jugar en la MLS porque del amor al odio hay solamente una serenata con mariachis mal correspondida sin goles.