Dele Alli ha sido de uno de los jugadores con más potencial en Inglaterra, pero en los últimos años se cayó su rendimiento y terminó siendo cedido al Besiktas, pero el ahora jugador del Everton decidió contar su verdad.
Alli ahora tiene 27 años y desde que regresó a Inglaterra se ha visto tomando en exceso y consumiendo pastillas para dormir, a lo que se volvió adicto y estuvo seis semanas en rehabilitación, algo que reveló con Gary Neville.
“Es difícil hablar, porque es algo que he escondido por mucho tiempo. Me da miedo hablar sobre ello… cuando regresé de Turquía, descubrí que necesitaba operarme, que estaba mal mentalmente y decidí ir a un centro de rehabilitación moderno para salud mental.
“Ellos lidian con adicciones y trauma. Sentí que era tiempo. No te pueden decir que vayas, tienes que saber y hacer la decisión por ti mismo”
Los traumas de su infancia
El jugador inglés también reveló que fue abusado por un amigo de su mamá cuando tenía seis años y su decisión de ir a rehabilitación fue apoyada por el Everton.
“Cuando tenía seis años fui abusado por un amigo de mi mamá, porque mi madre era alcohólica. Luego fui mandado a África para ser disciplinado. Cuando tenía siete empecé a fumar y a los ocho comencé a vender drogas.
“Una persona me dijo que no detendrían a un niño en bicicleta, así que iba con mi balón de futbol y con drogas por debajo. A los 11 me colgaron de un puente, a los 12 fui adoptado por una familia increíble y no podría pedir algo más de lo que ellos han hecho por mi”.
“Pero cuando viví con ellos fue difícil para mí abrirme porque sentía que era sencillo para ellos deshacerse de mí”.
Quiso retirarse a los 24 años
Aunque fue una de las grandes promesas, su nivel comenzó a ir en descenso desde hace unos años y por ello contempló retirarse cuando tenía apenas 24 años.
“Una mañana me levanté y tenía que ir a entrenar. Recuerdo verme en el espejo y me preguntaba si me podía retirar ya. Haciendo lo que me gustaba, y fue desgarrador. Siempre he sido yo contra mí mismo en todo. Mostraba que era feliz, pero por dentro, iba perdiendo la batalla.
