Después de 22 años, el exfutbolista profesional Roberto Carlos mantiene su mejor condición intacta, la del golpeo del balón, y la prueba quedó registrada en un video que compartió en su cuenta de Instagram, en el que emuló la jugada que lo colocó en los cuernos de la luna.
El 3 de junio de 1997 el exjugador del Real Madrid puso el mundo a sus pies al marcar un gol de antología en el enfrentamiento que sostuvieron Francia y Brasil, dentro del Mundialito de 1997, con un zurdazo que dejó petrificado al portero Fabien Barthez.
Dicho lanzamiento lo hizo a 35 metros del arco, aunque lo sorprendente no fue la distancia, sino la curva que realizó el esférico antes de mecer las redes. El efecto visual indicaba que saldría muy desviado, pero acabó colándose para darle forma a uno de los tantos más bellos que se han observado en el balompié profesional.
Esta vez, sin los reflectores que solía tener, Roberto Carlos volvió a demostrar que lo hecho en el estadio Gerland, de la ciudad de Lyon, no fue un golpe de suerte. Le correspondió al excancerbero portugés Vítor Baía tratar de detener el tiro.
El exlateral no realizó tomó el mismo impulso que la noche de Lyon y únicamente le bastaron un par de pasos para sacar un tiro con la zurda que también dejó inmóvil a Baía, aunque el esférico se siguió de largo, según lo que se alcanza a ver. El genio sigue intacto.
