Son dos de los mejores futbolistas mexicanos de la historia. Curiosamente, ambos surgieron de Pumas, fueron campeones en ese club y también máximos romperredes; dieron el salto a Europa al Atlético de Madrid y a la fecha son inolvidables. Nos referimos a Luis García y Hugo Sánchez, de quienes hay un par de anécdotas reveladas por el Doctor.
Los hoy analistas de TV Azteca y ESPN coincidieron como futbolistas en España en los años 90, cuando el primero llegó al Atlético de Madrid y el segundo estaba con el Rayo Vallecano. Fue Sánchez Márquez quien le ofreció a García Postigo vivir en una de sus varias casas para hacerlo sentir bien recibido, pero lo que no olvida el Doctor es tener que comer diario frente a una imagen de Hugol.
"En mi primer año en el Atlético, Hugo se había regresado a México con el América y tenía una casa desocupada afuera de Madrid, me la ofreció muy amablemente para vivir ahí. Me arrepiento de no haber vivido en Madrid como tal, tener esa experiencia, porque la casa de Hugo estaba como a 20 minutos de la ciudad", platicó en entrevista con Efraín Velarde, actual elemento de los Pumas.
"Recuerdo que (Javier) Aguirre me chingaba siempre con: '¿Qué se siente poner la cabeza en la misma almohada que Hugo Sánchez?'. Yo lo mandaba a la chingada porque cómo me molestaban con que vivía ahí. Bueno, llego yo a vivir a la casa de Hugo Sánchez y en el comedor había una foto gigantesca de Hugo tirándose una chilena, hasta que yo le pedí a la señora que trabajaba en la casa que me ayudara a bajarla porque ya estaba harto de verlo, me iba a dar un infarto", rememoró entre risas.
'Mis cosas no las tocas'; la lección de Hugo al Doctor
Al paso del tiempo, el Doctor entendería que Hugo era muy "receloso" de sus cosas. Si bien nunca le dijo nada por quitar su enorme imagen de la chilena, donde sí le leyeron la cartilla fue en una de las primeras concentraciones de Selección Nacional en la que compartieron habitación, porque el Penta "puso" línea divisoria hasta en el baño.
"Con Hugo me tocó en Selección Nacional previo a la Copa América (1993) y las Eliminatorias para el Mundial de 1994. Compartimos cuarto en el Centro de Capacitación (hoy CAR) y no es que Hugo fuera un tipo difícil porque no lo era, era fascinante, pero era Hugo Sánchez, todos nos hacíamos para atrás", platicó.
"Hugo llegaba con su maleta a las concentraciones y te decía clarito: 'Esta es mi parte del baño, mis cosas, mi jabón, mi toalla y ni lo toques'. También Hugo sacaba su jamón de jabugo, queso manchego y vino y nos compartía, yo tragaba piedras y con él fue que conocí el jamón de jabugo. Era encantador, echaba desmadre, se dejaba chingar, pero cuando Hugo Sánchez hablaba todos a escuchar".
