Para Rafael Márquez, el hecho de ser uno de los dos jugadores que ha jugado más Copas del Mundo no representa más que un número y una simple estadística, ya que en las cinco ediciones que disputó nunca pudo pasar del cuarto partido y no pudo hacer historia con la Selección Mexicana, situación que le dejó una espina en su trayectoria como futbolista.
"Siendo sinceros para mí es una estadística más porque es un tema individual y a mí lo que siempre me ha gustado son los logros en equipo", dijo el exdefensa del Barcelona en entrevista para el canal de Youtube de Toño de Valdés.
"Al final en esas cinco copas llegué al mismo sitio, no pude hacer historia con la Selección, que me hubiera gustado. Me fui con esa espinita que no pudimos llegar más allá de ese cuarto partido. Representa un número más, una estadísticas más y que el esforzarme para llegar a esas cinco copas era por el hecho de poder hacer algo con mi Selección y hacer historia".
El exzaguero del León, con el que ganó el Bicampeonato en 2013 y 2014, consideró que las virtudes que tuvo como jugador las plasmó tanto dentro y fuera del terreno de juego, por lo que los entrenadores que tuvo lo consideraron para ser capitán de la escuadra nacional.
"Siempre traté de poner el ejemplo, ser buen líder, de regañar, de disculparse cuando uno se equivoca tanto adentro como afuera de la cancha", agrego.
Rafael Márquez debutó en 1998 con la Selección Mexicana, y luego de ser campeón en la Copa Confederaciones, disputó los Mundiales del 2002 en Corea-Japón, 2006 en Alemania, 2010 en Sudáfrica, 2014 en Brasil y 2018 en Rusia.
