
México fue humillado por Japón que los goleó 3-0 en su segundo partido del Mundial Sub-20 y prácticamente le dijo adiós a la competencia.
¿Cuáles fueron las razones de la debacle? A continuación, los cinco aspectos fundamentales.
1.- Falta de calidad
Todo el mundo conoce a los nombres importantes del equipo nacional. Diego Lainez y José Juan Macías han estado en boca de la gente en los últimos meses por sus buenas actuaciones. Pero lo cierto es que, más allá de ellos, y algunos otros buenos jugadores (Figueroa, Domínguez, Meraz), el resto del plantel está muy por debajo de un nivel de selección. Prácticamente no hay titulares en primera división entre los 21 futbolistas que estuvieron en Polonia, y algunos, como Orona, Cárdenas y León, francamente no parecen tener nada qué hacer en un torneo de estas características.
2.- Falta de trabajo sólido
Esta Selección Sub-20 tiene trabajando dos años. La enorme mayoría del plantel es la misma que disputó las eliminatorias y realizó una gira previa por Europa. Y, a pesar de ello, el equipo no parecía tener idea de lo que quería hacer tácticamente. Ante Italia jugó en 4-3-3 y hoy cambió ¡cuatro veces! de parado táctico. Se entiende que el entrenador quería buscar soluciones a un partido complicado, pero esas soluciones había que haberlas encontrado en los 24 meses de preparación antes del Mundial, no en el segundo tiempo del segundo partido.
3.- Falta de ideas
La principal fortaleza de México estaba de media cancha hacia delante. Sus jugadores talentosos están en la elaboración y en la finalización. ¿Por qué entonces intentar salir a pelotazos de su defensa central? Una y otra vez el Tri intentaba llegar al marco rival con juego directo desde los pies de uno de sus jugadores menos hábiles.
4.- Falta de individualidades
Muchas de las esperanzas del Tri en este torneo pasaban por la calidad de Lainez y Macías y, la verdad, su actuación ha sido muy decepcionante. El jugador del Betis intentó participar e involucrarse en el partido pero se equivocó una y otra vez en la toma de decisiones y fue incapaz de pesar. El delantero del León ni siquiera tuvo mucha participación, y cuando la tuvo, trataba de resolver todo por sí mismo, en lugar de asociarse con sus compañeros. Si a esto se le suma que ni Domínguez ni Figueroa pudieron brillar como ante Italia, se entiende por qué México apenas generó dos oportunidades claras en todo el partido.
5.- Falta de mentalidad
En la conferencia de prensa al final del partido, el técnico Diego Ramírez habló varias veces de los problemas con “el estado anímico” de la selección durante el partido. Tras el primer gol, el equipo de plano perdió el control de lo que pasaba en la cancha. El propio Ramírez aceptó, “nos desesperamos”, aún cuando el 1-0 rival cayó apenas al minuto 21 y había muchísimo tiempo para empatar. México nunca pareció preparado mentalmente para superar la adversidad.