
En el duelo directo por las primeras plazas de la Serie A, con dos gigantes de Italia mermados por las bajas, y en una plaza histórica como es San Siro, fue Juventus el que se llevó los tres puntos para apretar la zona alta tras un igualado duelo condicionado por la temprana expulsión de Thiaw, que cambió el plan del Milan en su propio feudo.
No ganaba la Juve al Milan en San Siro desde el pasado 6 de enero de 2021. Casi tres años han tenido que pasar para que los de Massimiliano Allegri volvieran a sentirse a la altura de un grande italiano, candidatos a pelear por el Scudetto tras una temporada pasada para el olvido, marcada por una sanción que les dejó sin competiciones europeas, y un inicio de la presente protagonizada por las sanciones extradeportivas de Pogba (dopaje) y Fagioli (apuestas ilegales).
El partido de este domingo se presentaba como la oportunidad perfecta para dar un golpe sobre la mesa y tumbar a un claro contendiente al título como el combinado milanista, que, además, llegaba al duelo con la obligación de ganar para dormir líder y encarar así con buenas sensaciones al trascendental duelo de Champions League ante el PSG, en busca de su primera victoria de la temporada en la máxima competición europea.
Pero lejos de encontrar esas buenas sensaciones, el Milan se encontró con un disparo en sus propios pies cuando, después de haber gozado de una ocasión clara en pies de Giroud que desbarató Szczesny con una parada para el recuerdo, Thiaw se dejó engañar por la finta perfecta de Kean, que obligó al central a hacer falta para evitar el uno contra uno contra Mirante, el tercer portero milanista, titular por las bajas obligadas de Maignan y Sportiello.
El Milan tenía por delante otros 45 minutos cuando Pioli tuvo que sacar del campo a Pulisic, uno de los hombres más en forma del campeonato italiano, para equilibrar su once tras la expulsión, dando entrada a Kalulu en el centro de la zaga.
Reaccionó bien tras el descanso el Milan y supo convivir con la inferioridad con bastante solvencia, minimizando los ataques de una Juve que, con Vlahovic y Chiesa en el banquillo, no generó demasiado peligro.
La ley del 'ex' en San Siro
Fue precisamente un exjugador del Milan, Locatelli, el que desbloqueó el partido con un zapatazo desde fuera del área que tocó en Reijnders y desvió la trayectoria, imposibilitando la reacción de Mirante.
Entraron Chiesa y Vlahovic para intentar matar el duelo, ese que Allegri tenía en la palma de su mano tras el gol y que vio agitado desde el banquillo, despojándose de la chaqueta y de la corbata, sin comprender el manejo e interpretación de ciertas jugadas de los suyos, especialmente acelerados en situaciones que requerían más cabeza.

No gestionó de la mejor manera la Juventus el partido en los compases finales, en los que tuvo en pies de Vlahovic el definitivo, frustrado por un paradón de Mirante, pero mantuvo el marcador a su favor y salió de San Siro con tres puntos tras casi tres años de sequía en la 'Scala' del futbol italiano, apretando una parte alta de la tabla que deja líder al Inter con 22 puntos, segundo al Milan con 21 y tercero a la Vecchia Signora con 20 unidades.