Durante más de dos décadas, Luis Carlos González dedicó su vida a la lucha libre, en la que fue conocido como Llamarada.
Un gran trabajo había hecho en su carrera, al grado de codearse con figuras de aquellos años, en 80's y 90's, como el Perro Aguayo, Bestia Salvaje, entre otros.
Perder la máscara en 1988 contra Stuka, no fue impedimento para seguir haciendo lo que más le apasionaba, el estar arriba del ring.
Sin embargo, la necesidad económica lo llevó a cambiar de rumbo, dejó la lucha libre y comenzó a trabajar de taxista y cocinero para sacar a su familia adelante.
Para su mala fortuna, la pandemia de coronavirus llegó y sus dos empleos se vinieron a abajo, fue cortado de una carnicería donde laboraba y en taxi ya no pudo, pues su licencia venció y ya no tiene siquiera para obtenerla de nuevo.
Y es que su hermana falleció y tuvo que desembolsar una gran cantidad para gastos funerarios; a esto se le sumó que su madre tuvo un accidente en su pie, una herida que no cierra por su diabetes y ahora la Llamarada pide ayuda.
"Yo no quiero dinero, quiero material para curar a mi mamá... ayuda para obtener la licencia de taxi, que es más cara que la normal", dijo González, quien quiere trabajar para salir adelante, pero al mismo tiempo un empleo con horario fijo se le complicaría, ya que no tiene quien cuide a su madre.
