Gilberto “Zurdo” Ramírez, quien hace algunas semanas estuvo en el ojo público, por ‘violentar’ a algunos vecinos cuando se encontraba de festejo en su natal Mazatlán, Sinaloa, sin ser un tipo que venga de familia o estirpe boxística, está claro que siempre gustó del trompo.
Y es que en entrevista para Un Round Más (emisión que puedes ver en el Facebook de mediotiempo), con Marco Antonio Barrera, el mazatleco contó de una vez que dio en los separos, luego de que se vio envuelto en una riña, porque además acepta que desde chaval siempre fue muy entrón.
“Cuanto tenía 18 me metieron a la cárcel por estar peleando; estuve un día nada más, estaba en las literas de piedra, luego había un chingo de chinches y sin cobijas.
“Me acuerdo que todo estaba lleno, y ya estando adentro te quieren pegar, entonces te tienes que pelear; y yo después decía: ‘qué necesidad de estar aquí, no hay necesidad’”.
Sus padres no lo veían bien
Ramírez, quien el próximo 5 de noviembre, en Emiratos Árabes Unidos, se medirá ante el ruso Dmitry Bivol, en busca de despojarlo del título Semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), también recordó que su familia no vio con buenos ojos cuando decidió dedicarse al pugilismo.
“Les daba miedo a mi mamá y a mi papá, y luego que no entrenaba bien, me iba a las peleas amateur así, ya en el profesional me dedicaba más”.
