Una de las disciplinas que más gloria le ha dado a México en Juegos Olímpicos es el boxeo, la cual ha aportado 13 medallas en su historia (2 de oro, 3 de plata y 8 de bronce), aunque el éxito de sus representantes no siempre vino acompañado de una mejor calidad de vida, tal y como constató Juan Paredes, medallista en Montreal 1976.
Parte de una familia de 11 hermanos, Paredes encontró en el deporte de los puños una manera de alejarse de las carencias que tenía en casa al grado de que prefería pasar las horas en el Comité Olímpico Mexicano para "ir a comer", aunque esa dedicación lo llevó, inesperadamente, a formar parte de una delegación que apenas arrojaría dos medallas la justa canadiense, una de ellas de Daniel Bautista y la otra la que él logró.
México celebró la medalla de Paredes, ¿y después?
La raquítica cosecha tricolor hizo que la gente recibiera en grande el bronce obtenido por Paredes, a quien recibieron con honores y una tremenda fiesta que le daba al deportista para pensar que algo había cambiado en su vida para bien, pero no fue así.
"Yo llegué con mi medalla colgada al cuello. Todos querían saludarme, y además estaban mis cuates de la infancia. Sobraban las felicitaciones. Foto tras foto. Que vente para acá, alza los brazos y enseña la medalla. En Azcapotzalco hicieron la cooperacha para adornar la calle. Al llegar me emocioné al ver una manta gigantesca que decía: Bienvenido... y fue la borrachera del triunfo”, rememoró Paredes.
Sólo 80 dólares en las bolsas
Pasada la fiesta los temores empezaron a emerger, ya que el metal ganado no le daba para comer ni para ayudar a su familia, situación que lo obligó a tocar puertas en búsqueda de ayuda, apenas escuchado por Mario Vázquez Raña, entonces presidente del COM, quien le dio unos pesos.
“No había ni para frijoles. Yo tenía 80 dólares y se los di a mi mamá. Ya Erika iba a cumplir tres años y Juan venía en camino. Mi medalla, reluciente, estaba guardada en un fino estuche, mientras yo volvía a los viejos tiempos. El presidente del COM me regaló 15 mil pesos, y me dijo guárdalo, y le contesté que cómo guardarlo, si no tenemos ni para comer, por lo que, Vázquez Raña me indicó que pusiera una lista de lo que necesitaba”.
Paredes dio a conocer que un par de semanas recibió de regalo muebles para su hogar y después un departamento, sin que eso sirviera para acabar con sus problemas, debido a que no tenía forma de hacerse de dinero.
Una pobre carrera como profesional
Por ese motivo decidió entrar al boxeo profesional en mayo de 1977, pero no logró consolidar una carrera interesante, a pesar de que se extendió hasta 1988, después de sumar 34 peleas, de las cuales ganó 23 (19 por nocaut) y perdió 11.
Tras ello se dedicó a entrenar a jóvenes, además de que a partir de 1989 empezó a beneficiarse por la beca vitalicia que impulsó Carlos Salinas de Gortari para los medallistas olímpicos, recibiendo al mes 10 mil pesos.
