
Segundos de silencio fueron interrumpidos por dos fuertes gritos: uno generado por la inestabilidad mental y furia de una persona y el otro salió de la garganta de una joven tenista, que con indescriptible dolor vio desmoronarse una carrera que apuntaba a ser histórica. Así fue como se gestó la historia de Mónica Seles y la apuñadala que recibió por un fanático de su rival el 30 de abril de 1993.
Ese terrorífico suceso hizo que aquel duelo entre Seles, una joven estrella de 19 años, y Magdalena Maleeva pasara de ser una simple ronda de Cuartos de Final del Abierto de Alemania a uno de los capítulos negros del deporte mundial.
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Seles era una tenista que arrasaba con los 'estatutos' del deporte blanco y estaba batiendo récords a su corta edad. No provenía de familia adinerada que toma el tenis como un pasatiempo, su furia con la raqueta daba muestra del barrio donde se crió en Serbia.
De no saber de tenis a derrocar a Steffi Graf
Curiosamente, Mónica era una atleta que al principio no entendía su propio deporte. Instalada en Florida a los 13 años, aprendió no solo a ganar cada punto, sino a comprender el sistema del marcador. Una vez superada esa dificultad, se apuntaba para tener el inicio de la década de los noventas como su reinado, dejando atrás a la histórica Steffi Graf, quien había dominado el tenis femenil ganando siete de los ocho grandes títulos entre 1988 y 1989 (el que se le negó fue Roland Garros de 1989 al caer ante Arantxa Sánchez-Vicario).
En pleno reinado de Graf, apareció Seles con 19 años y un historial de ensueño, se había apuntado el Abierto Australia en 1991,1992 y 1993; Roland Garros en 1990, 1991 y 1992 y el US Open en 1991 y 1992. Su único Grand Slam pendiente era Wimbledon, donde perdió la Final en 1992.
Parecía que 1993 era el año indicado, lo inició con el Abierto de Australia, justamente derrotando a Graf, sin embargo el fanatismo de un hombre obsesionado detuvo a Seles con una cuchillada por la espalda, herida que se quedó a cinco centímetros de dejarla paralítica.
¿Cómo sucedió el atentado a Seles?
La tarde del 30 de abril de 1993, tras terminar el segundo set, dejó a Seles y Maleeva agotadas. Ambas tomaban aire y reflexionaban su estrategia, Seles era la favorita y tenía los puntos a su favor 6-4 y 4-3. La cámara de televisión transmitía el rostro de Maleeva y sus estadísticas, cuando se escucharon dos estremecedores gritos: un hombre y una mujer.
De inmediato, la cámara se volcó a la pista y ahí estaba un hombre siendo jaloneado por los aficionados y Seles con la mano derecha sobre su espalda y desvaneciéndose ante el apoyo del personal.
Günter Parche, un alemán de 38 años, atacó a la tenista para evitar que superara a su ídolo Steffi Graf. El fanático sufría de trastornos mentales que se manifestaban cada vez que su admirada tenista perdía y no podía permitir que otra mujer fuera mejor que ella.
Así que logró su cometido, no solo evitó que en 1993 Seles arrasara con todos los títulos y fuera la mejor tenista de esa época, sino que truncó la carrera de una joven que tardó tres años en una recuperación que era pronosticada a unos cuantos meses.
Graf, sin mayor culpa que ser idolatrada por un fanático, aprovechó la ausencia de Seles para sumar seis campeonatos más en su palmarés. Mientras tanto Mónica se hundió en la depresión y problemas alimenticios, pues su comida era el mejor refugio. Regresó con 21 años y 15 kilos de sobrepeso.
“Cuanto más sufría Seles, la conexión de los fans del tenis con ella crecía. Comparada con todos los atletas millonarios que parecen vivir en otro planeta, Seles resultaba gloriosamente mortal", escribió Jon Wertheim en The Guardian en aquellos años.
Se retiró a los 34 años de manera oficial en el 2008, pues en el 2003 sufrió una lesión en el pie que la alejó de la arcilla. Tras su despedida, apareció en un reality show de baile "Dancing with the Stars", con poca suerte, pues no era muy prodigiosa en la pista.
