El ayuntamiento de París hizo una primera prueba para retirar los cajones verdes de los 'bouquinistes', los icónicos vendedores de libros de segunda mano situados a orillas del río Sena en París, una medida de seguridad de cara a los Juegos Olímpicos de 2024, que ellos rechazan.
El viernes por la noche, el ayuntamiento desmontó cuatro de los cajones, arrancados del parapeto junto al Sena con una grúa, aunque luego los volvió a colocar en su sitio.
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Por razones de seguridad, la prefectura de policía de París exige el desmantelamiento de casi 600 de los 900 cajones verdes antes de la ceremonia de inauguración del 26 de julio de 2024, que tendrá lugar en el río.
Una veintena de agentes municipales, con ayuda de una empresa de mudanzas, dedicaron varias horas a retirar los cajones, tras haber vaciado los cientos de libros que había dentro, ante un reducido grupo de libreros consternados. Los cajones que se retiraron llevaban cincuenta años instalados en el muelle, pero los más viejos tienen 150 años.
Michel Bouetard, secretario general de la asociación de 'bouquinistes', y Jérôme Callais, presidente del mismo grupo, compartieron a la AFP sus impresiones y el sentir de su gremio por lo sucedido.
"¡Es como cuando te sacan un diente! ¡Y todo esto por solo cuatro horas de ceremonia! Lo que las guerras no han logrado, lo lograrán los Juegos Olímpicos: hacernos desaparecer".
"Todo esto es desproporcionado. Si eliminamos (los cajones), no estamos seguros de cuándo volverán... pero si persisten en querer eliminarlos, iremos a un litigio. Muchos 'bouquinistes' (hay unos 230) no tienen otros ingresos. ¿Qué harán en caso de varias semanas de inactividad?".
Libreros piden intervención presidencial
Francis Robert, librero en el Sena desde hace 43 años, pidió incluso la intervención del presidente francés Emmanuel Macron, a quien asegura haber conocido cuando visitó los muelles del Sena el pasado octubre.
"Nos dijo 'Estoy al tanto, los defiendo, ustedes son parte de París'. Él es superior al prefecto, puede decirle que nos haga quedarnos".
Otros permanece en silencio, con la mirada clavada en el parapeto desnudo. Hacia medianoche, tras haber sido depositados en un camión, los cajones volvieron a colocarse en el parapeto y los libros volvieron a su lugar, según lo planeado por la operación.
