
El nuevo aeropuerto internacional de Berlín entró en funcionamiento este sábado, con nueve años de retraso y en un contexto en el que el sector aéreo atraviesa la peor crisis de su historia debido a la pandemia.
Dos aviones respectivamente de las aerolíneas Lufthansa y Easyjet aterrizaron hacia las 14 horas (13H00 GMT), marcando así de forma simbólica el bautizo del Aeropuerto Brandenburgo Willy-Brandt (BER) en el sudeste de la capital alemana.
El primer vuelo comercial, entre Berlín y Londres, fue programado para este domingo.
No hubo gran pompa en la inauguración de las instalaciones, debido a la crisis sanitaria, pero también a raíz de todos los contratiempos que han sacudido este gran proyecto creado tras la reunificación (fallos, negligencias, sospechas de corrupción, dimisiones...).
Dieser aufregende Eröffnungstag lässt sich schwer in 40 Sekunden zusammenfassen. Wir haben es trotzdem versucht. Sieh selbst... ✈️????#helloBER pic.twitter.com/Lto0tZEr7H
— BER – Berlin Brandenburg Airport (@berlinairport) October 31, 2020
Además, un centenar de manifestantes de varias asociaciones ecologistas se congregaron en el lugar, entre fuertes medidas de seguridad, para protestar contra su apertura.
"El avión representa una carga enorme para el clima. No necesitamos un nuevo gran aeropuerto", dijo Ludwig Bräutigam, de 50 años, miembro del colectivo ecologista "Extinction Rebellion".
La construcción del "BER", con una superficie de 360 mil m2 y cuya terminal 1 podría acoger a 27 millones de personas al año según los operadores, empezó en 2006, y tendría que haber finalizado en 2011.
Su costo inicial, estimado en mil 700 millones de euros (2 mil millones de dólares), aumentó a 6 mil 500 millones (7 mil 650 millones de dólares).
¿POR QUÉ TARDÓ TANTO TIEMPO?
En 2012, las obras tuvieron que detenerse de forma repentina porque los dispositivos de seguridad contra incendios no funcionaban. La inauguración, prevista unas semanas más tarde, en presencia de Angela Merkel y 10 mil 000 espectadores, tuvo que anularse apresuradamente.
La crisis sanitaria, que ha prácticamente paralizado el tráfico aéreo en estos últimos meses, ha agravado aún más las preocupaciones de los administradores del aeropuerto.