
En Reino Unido existe un proyecto llamado Recovey, que es de los principales ensayos clínicos, e integrarán a la aspirina para evaluar si funciona como posible tratamiento contra la COVID-19, puesto que podría ayudar a reducir el riesgo de coágulos sanguíneos.
Habitualmente este analgésico es usado como un diluyente de sangre, razón por la que lo integrarán al ensayo clínico, ya que según la web del estudio, los pacientes contagiados por coronavirus corren más riesgos de sufrir coágulos por plaquetas hiperreactivas, células que ayudan a detener el sangrado.
Mientras que la aspirina es un agente antiplaquetas, por lo que podría ayudar a reducirlos. Se espera que dos mil pacientes con el virus reciban 150 miligramos de aspirinas diarios de forma aleatoria.
Estos datos los compararán con otros dos mil pacientes que reciben un tratamiento estándar contra el coronavirus; sin embargo, dos diarias de aspirina aumenta el riesgo de hemorragias internas y puede ocasionar daños renales.
Recovery fue el primer ensayo que di a conocer que la dexametasona, un esteroide ampliamente disponible, puede salvar la vida de un caso grave de COVID-19 y también han probado tratamientos como el antibiótico azitromicina y el cóctel de anticuerpos Regeneron, mismo que uso Donald Trump, presidente de Estados Unidos.