
El chef mexicano Edgar Núñez volvió a atizar contra la influencer colombiana Manuela Gutiérrez, quien le propuso intercambiar una comida para dos personas en uno de sus restaurantes, a cambio de que ella publicara algunas historias en su cuenta de Instagram promocionando el lugar.
Pues bien, el chef no se quedó con la primera respuesta de llamar "gorrona internacional" a la colombiana, sino que ahondó más en el tema, al señalar que le ofende y le molesta que gente como ella busque sacar provecho del sector trabajador y que además engañe a otros por medio de sus redes sociales.
“Les voy a explicar a todos con mucho respeto. Yo solo, Édgar, sin contar las páginas de mi restaurante, mis redes juntas la superan 10 veces a las del influencer y eso que no me dedico a vivir de las redes sociales. Yo no necesito a gente beneficiándose de decir que viene a comer mi comida y presumiendo un mundo de fantasía que no puede pagar y no es que esté mal, lo que está mal es hacerle creer a la gente que los siguen que sí.
“¿Qué invierten ellos? Generar contenido no es subir mi contenido, o sea, mis platillos. ¿Quién va a salir beneficiado de esto? ¿Por qué yo querría salir en el feed de una persona que no se dedica a la gastronomía y que solo sube fotos en traje de baño, que no es especialista en gastronomía?”, atizó el chef en una publicación para la revista Proceso.
“Perdón, pero a mí sí me ofende que quieran abusar de mi trabajo y del staff que nos partimos el lomo todo el día para ir salga todo perfecto y venga alguien a querer aprovechar, sentarse, comer y tomar lo mejor a cambio de una puta foto en un IG que tiene muchísimos menos seguidores que yo…”, subrayó Edgar Núñez.
No busca promoción
El chef Edgar Núñez afirmó que a su restaurante llamado Sud77 y Jacinta suele asistir gente de alto nivel económico, y jamás le han pedido comer gratis por una publicación.
“Además una cosa, aquí viene gente famosísima, poderosísima, conocidísima y JAMÁS piden nada regalado, la gente de verdad no tiene que andar presumiéndolo. Para mí TODOS los comensales son iguales, aquí no tratamos mejor o peor a unos que a otros, cuando se sientan, son todos coludos o rabones”, detalló.