
Heriberto Murrieta es conocido por ser conductor de noticieros deportivos a lo largo de los últimos 30 años. Sin embargo, para ganarse gran parte de su prestigio tuvo que aprender “a la mala” de un personaje como Jacobo Zabludovsky, su mentor, pero también quien lo exigió mucho.
“Una relación muy interesante porque fue un hombre muy exigente, muy duro, por momentos irónico, pero un gran maestro. No daba concesiones, por lo mismo muy formativo, al margen de la polémica que puede suscitar un personaje como él por la relación Televisa-PRI de aquellos años”, contó el Joven Murrieta.
“Era un extraordinario periodista, un hombre muy profesional, un hombre muy trabajador, muy simpático y para mí ha sido muy importante para mí porque creyó en mí, porque me dio su apoyo y porque eso y mi trabajo permitieron que pudiera estar 10 años todas las noches en el noticiero más importante de la televisión mexicana”.

Y vaya que lo llevó al límite pues puso a Murrieta a sufrir cuando se trataba de conseguir entrevistas y exclusivas.
“Hay veces que me decía, si no tienes la entrevista a tal personaje ni vengas y eso era una fortísima presión, era tremenda y trabajar a su lado me hizo crecer mucho como periodista”, recordó.
También reveló que trabajar al lado de Fernando Schwartz lo presionó mucho en sus días laborales.
“Había que conseguir no solo al entrevistado sino que no fuera a Muchas Noticias, que era la competencia más tempranera dentro de la misma empresa”. Años después, cuando laboraron en ESPN vivió una relación “como un abuelo” al lado de Zabludovsky.
Se hizo amigo de María Félix
El Joven Murrieta, que alguna vez le quitaron la cara por una lesión, conoció a María Félix por iniciativa de la propia actriz, quien pidió que fuera él quien le hiciera una entrevista a inicios de la década de los 90.
“Jacobo llegó un día a esa pequeña oficina y me dijo: ‘vas a tener que lidiar un toro de Miura’. Es que María Félix te quiere conocer’. Para mi gran sorpresa resulta que María Félix me conocía perfecto del noticiero, pero también de las corridas. Era super aficionada y me tenía muy bien estudiado. Fue una satisfacción padrísima”
Murrieta pasaba tardes enteras de su carrera platicando con la “Doña”. “Ciertamente altiva y todo lo que se dice de ella, pero también muy simpática”.