La inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, que se celebró este viernes 26 de julio, tuvo elementos sin precedentes y dejó mucho de qué hablar, tanto comentarios positivos por la presencia de importantes atletas y artistas, como algunos negativos.
Uno de los que criticó la ceremonia que se llevó a cabo en la capital francesa fue el exfutbolista y ahora analista de TUDN, Damián 'Ruso' Zamogilny, quien fue sumamente duro y escribió en su cuenta de X: "La inauguración más culera de la historia".
Tiempo después de este post, apareció el periodista y actualmente integrante de la cadena Fox Sports, Fernando Schwartz, quien, sin insultar al Ruso, lo corrigió con otro mensaje mediante X y aseguró que la inauguración "fue espectacular y brillante".
"Estimado Ruso hay que entender y ver más el movimiento olímpico. Fue espectacular y brillante. Hay más mundo que el futbol. Abrazo", compartió Schwartz.
Las opiniones en redes sociales sobre la ceremonia de estos Juegos Olímpicos de París 2024 estuvieron divididas, pues hubo a quienes les gustó y otros que también se dieron tiempo de criticar.
Estimado Ruso hay que entender y ver más el movimiento olímpico. Fue espectacular y brillante. Hay más mundo que el futbol. Abrazo https://t.co/OmA6pr2pfv
— FERNANDO SCHWARTZ #nuncabajolosbrazos (@fersch_4) July 26, 2024
¿Cómo se cerró la inauguración?
La atleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner encendieron el pebetero de los Juegos de París, que se elevó en globo desde el jardín de las Tullerías, como colofón a una ceremonia inaugural excepcional, pese a la lluvia.
Mientras la canadiense Céline Dion, reaparecida para la ocasión, cantaba de manera vibrante el Himno al Amor de Edith Piaf desde lo alto de la Torre Eiffel, el fuego olímpico tomó aire, tras un último tramo del relevo memorable, en el que participaron Zinedine Zidane, Rafael Nadal y Nadia Comaneci, entre otras leyendas.
El pebetero es un anillo de siete metros, pendiente de un globo aerostático de 30 metros de diámetro situado en los jardines de las Tullerías; fue la última sorpresa de una secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo.
Zidane apareció en el estadio del Trocadero, avanzó con la antorcha por la pasarela entre gritos de 'Zizou', 'Zizou', y se aceró a un Nadal aparecido por arte de magia en el escenario ante el asombro de los asistentes.
