
Venezuela dio luz verde a vuelos comerciales desde y hacia República Dominicana, México, Turquía e Irán a partir de este lunes, al aprobar una excepción en la prohibición de operaciones aéreas vigente desde marzo por la pandemia de covid-19, informó la autoridad aeronáutica.
El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) mantiene el cierre de aeropuertos para vuelos internacionales, "exceptuando las operaciones aerocomerciales" con "los países hermanos de Turquía, República Dominicana, México e Irán", dijo en un comunicado.
#PrepárateParaUnDespegueSeguro || Pronto podremos surcar los cielos y conectarnos con nuevos destinos, solo nos estamos adaptando a la nueva normalidad por tu seguridad y bienestar. pic.twitter.com/Tz0i6d6GmJ
— Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) (@InacVzla) November 2, 2020
El texto no precisa detalles operativos. A mediados de octubre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prometió que el país caribeño volvería a recibir vuelos comerciales provenientes de República Dominicana, México y Turquía en diciembre, sin aportar mayores detalles de cuándo se reactivarían los vuelos hacia el resto del mundo.
Turquía e Irán son apoyos clave de Maduro, junto con Rusia y China -sus mayores acreedores- y Cuba. El INAC autorizó además vuelos comerciales en el parque nacional Los Roques (norte), una de las principales atracciones turísticas de Venezuela, un archipiélago conocido por sus playas de arena blanca y aguas cristalinas.
Más allá de excepciones, la prohibición de vuelos seguirá vigente al menos hasta el 12 de noviembre. Ya previamente estaban exentas las operaciones de emergencia, así como los vuelos de carga y correo y los vuelos humanitarios.
La flexibilización ocurre después de que se anunciara una apertura "paulatina" de los espacios turísticos bajo protocolos de bioseguridad para prevenir contagios del nuevo coronavirus.
¿CUÁNTOS CONTAGIOS TIENE VENEZUELA?
Venezuela, con 30 millones de habitantes, registra 92 mil 325 casos confirmados y 801 fallecidos, según cifras oficiales, que organizaciones como Human Rights Watch cuestionan por considerarlas poco creíbles.