Además de ser un notable político y revolucionario, Castro se destacó por ser un deportista y un "futbolista de calidad regular, pero era corpulento, musculoso, un jugador muy fuerte y, sobre todo, muy bravo. Ocasionalmente jugaba. No era un jugador titular en el equipo, pero le gustaba el futbol", contaba Armando Montes de Oca Arce, compañero escolar del líder cubano en La Habana.
Cuenta la historia que a principios de los años cuarenta, el sacerdote catalán Pedro Pablo Ferré Elías conoció en el colegio de Belén, centro de enseñanza jesuita, a Don Fidel.
Incluso, el propio Fidel expresó en esos días a la prensa cubana que "era delantero, corría bastante. Fue en quinto grado cuando empecé‚ en el colegio Dolores, en Santiago de Cuba, en un patio de cemento, y el balón no era como los de ahora. El futbol me ayudó a tener voluntad, a ejercer mi capacidad de resistencia física, me produjo placer, satisfacción, espíritu de lucha y competencia".
Y aunque por tradición Castro fue famoso en el ámbito del beisbol, después de la revolución en 1959, el comandante también tuvo su acercamiento con el futbol.
Incluso Diego Armando Maradona se considera un fiel seguidor de Castro y la Revolución Cubana, tanto que se volvió un estandarte levantando el brazo junto al revolucionario.
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Raúl Castro informa la muerte de su hermano Fidel Castro. #FidelCastro #Cuba pic.twitter.com/HNqbwdJuDI
— Luis Assardo (@luisassardo) 26 de noviembre de 2016