Editorial Mediotiempo
Gdansk, Polonia
Cuatro de la tarde en Gdansk. La Selección Mexicana se prepara para dar un paseo que le permita estirar las piernas unas horas antes del partido contra Polonia. Los seleccionados, abrigados hasta la coronilla, salen uno a uno del hotel. Mientras pasan, se escucha una voz grave: “¡Ochoa, Ochoa! ¿Dónde está Ochoa?”.
La voz correspondía a un personaje peculiar. Grande, como de 1.90m, ancho, de unos 60 años. Con pinta evidentemente europea, pero con un sombrero y un sarape. Se llama Jan y su sueño es conocer al portero mexicano.
“Yo fui portero profesional hace 30 años, con el segundo equipo más popular de Gdansk, así que siempre me interesa lo que hagan quienes juegan la posición”, nos confesó. “Y, para mí, Ochoa es el mejor portero del mundo”.
Resulta sorprendente, pero es cierto, el antiguo guardameta considera a Memo como el número 1: “Me encanta su estilo, desde aquel partido contra Brasil en el Mundial 2014. ¡Fue espectacular! Nunca había visto a un portero así y lo sigo desde entonces”, afirma con admiración.
Al final, Jan se fue con sentimientos encontrados. Pudo hablar con su ídolo, pero no consiguió su objetivo completo.
“Vine a desearle que tuviera un buen partido y él me contestó ‘buena suerte, que tenga una buena vida’, que para mí es algo muy importante. El problema es que la persona que nos iba a sacar una foto hizo algo mal y no salió”, expresó con tristeza, pero con una sonrisa añadió: “Intentaré de nuevo en la noche, ¡a ver si festejamos el triunfo!”.
La voz correspondía a un personaje peculiar. Grande, como de 1.90m, ancho, de unos 60 años. Con pinta evidentemente europea, pero con un sombrero y un sarape. Se llama Jan y su sueño es conocer al portero mexicano.
“Yo fui portero profesional hace 30 años, con el segundo equipo más popular de Gdansk, así que siempre me interesa lo que hagan quienes juegan la posición”, nos confesó. “Y, para mí, Ochoa es el mejor portero del mundo”.
Resulta sorprendente, pero es cierto, el antiguo guardameta considera a Memo como el número 1: “Me encanta su estilo, desde aquel partido contra Brasil en el Mundial 2014. ¡Fue espectacular! Nunca había visto a un portero así y lo sigo desde entonces”, afirma con admiración.
Al final, Jan se fue con sentimientos encontrados. Pudo hablar con su ídolo, pero no consiguió su objetivo completo.
“Vine a desearle que tuviera un buen partido y él me contestó ‘buena suerte, que tenga una buena vida’, que para mí es algo muy importante. El problema es que la persona que nos iba a sacar una foto hizo algo mal y no salió”, expresó con tristeza, pero con una sonrisa añadió: “Intentaré de nuevo en la noche, ¡a ver si festejamos el triunfo!”.
