Editorial Mediotiempo
Monterrey, Nuevo León
Nahuel Guzmán se ha convertido en uno de los mejores arqueros de México, pero con un estilo polémico que puede etiquetarse como "showman", algo que lo ha llevado a ser héroe y villano en Tigres cuando se trata de disputar finales.
Desde 2014, el Patón ha estado involucrado en errores que terminaron por perjudicar a su equipo. En la final del Apertura de ese año fue expulsado al minuto 70’ por dejar el pie arriba al barrerse sobre Michael Arroyo cuando ya se había marcado fuera de lugar.
Un año después en el Apertura 2015 fue el protagonista ante Pumas, pues comenzó a contarles chistes a sus compañeros que se acercaban a patear para tratar de quitarles la presión y le detuvo el penal a Javier Cortés que a la postre significó el campeonato.
Meses después volvió a cometer una pifia que dejó a los felinos sin Mundial de Clubes, pues en la vuelta ante Pachuca necesitaban ganar tras igualar a uno en el Volcán, pero al 82’ y con el juego empatado, el argentino rechazó mal un tiro de fuera del área y dejó el balón a Franco Jara, quien solo lo empujó y les dio la victoria a los Tuzos.
La revancha la tuvo en diciembre de 2016 en la final navideña contra América. Ahí le detuvo los tiros a William da Silva, Silvio Romero y Javier Güemez. Se les acercó a los tres cobradores para hacerse el simpático con ellos para desconcentrarlos, una táctica que funcionó y los auriazules se coronaron en casa.
Nuevamente cometió errores en el Clausura 2017 ante Chivas, pues en la ida regaló dos goles; primero, rechazó de puños un balón sin altura que rebotó en Luis Advíncula y Alan Pulido puso el 0-1 y, al 42’, él mismo propició el segundo con un disparo que rechazó al centro y el balón le cayó a Rodolfo Pizarro. A la postre el Rebaño fue campeón.
En esta final regia no se salvó. Al 8’, Nico Sánchez peinó un tiro de esquina y el Patón trató de taparla, pero ya estaba metido en su arco y al poner las manos colaboró para encajarla. La falla significó el único gol de Rayados en la ida.
Este domingo tiene la oportunidad de redimirse cuando se dispute la gran final del Apertura 2017 en el Gigante de Acero, con el juego empatado a un gol y con la posibilidad de disputar otra tanda de penales.
Desde 2014, el Patón ha estado involucrado en errores que terminaron por perjudicar a su equipo. En la final del Apertura de ese año fue expulsado al minuto 70’ por dejar el pie arriba al barrerse sobre Michael Arroyo cuando ya se había marcado fuera de lugar.
Un año después en el Apertura 2015 fue el protagonista ante Pumas, pues comenzó a contarles chistes a sus compañeros que se acercaban a patear para tratar de quitarles la presión y le detuvo el penal a Javier Cortés que a la postre significó el campeonato.
Meses después volvió a cometer una pifia que dejó a los felinos sin Mundial de Clubes, pues en la vuelta ante Pachuca necesitaban ganar tras igualar a uno en el Volcán, pero al 82’ y con el juego empatado, el argentino rechazó mal un tiro de fuera del área y dejó el balón a Franco Jara, quien solo lo empujó y les dio la victoria a los Tuzos.
La revancha la tuvo en diciembre de 2016 en la final navideña contra América. Ahí le detuvo los tiros a William da Silva, Silvio Romero y Javier Güemez. Se les acercó a los tres cobradores para hacerse el simpático con ellos para desconcentrarlos, una táctica que funcionó y los auriazules se coronaron en casa.
Nuevamente cometió errores en el Clausura 2017 ante Chivas, pues en la ida regaló dos goles; primero, rechazó de puños un balón sin altura que rebotó en Luis Advíncula y Alan Pulido puso el 0-1 y, al 42’, él mismo propició el segundo con un disparo que rechazó al centro y el balón le cayó a Rodolfo Pizarro. A la postre el Rebaño fue campeón.
En esta final regia no se salvó. Al 8’, Nico Sánchez peinó un tiro de esquina y el Patón trató de taparla, pero ya estaba metido en su arco y al poner las manos colaboró para encajarla. La falla significó el único gol de Rayados en la ida.
Este domingo tiene la oportunidad de redimirse cuando se dispute la gran final del Apertura 2017 en el Gigante de Acero, con el juego empatado a un gol y con la posibilidad de disputar otra tanda de penales.
