El inexplicable caso de Nery Castillo

Las buenas cuentas entregadas por la Selección Mexicana señalan como acierto inequívoco la contratación de Javier Aguirre en la Dirección Técnica. Su talento como timonel y su carácter para salir airoso de circunstancias adversas están fuera de cualquier duda. Cumple de manera más que destacada con su trabajo y, si todo se mantiene por el mismo sendero, volverá a rescatar el boleto a la Copa del Mundo.   Sin embargo, atendiendo la imperfección natural de los seres humanos, el éxito obtenido hasta el momento ha ido acompañado de una protección excesiva a un jugador que muy poco o nada ha hecho por el futbol mexicano: Nery Castillo, jugador de indudable capacidad técnica, pero que vive de tres o cuatro partidos a buen nivel en la era Hugo Sánchez y del muy distante recuerdo de su andar con el Olympiakos.   El mejor momento futbolístico del hoy jugador del impronunciable Dnipro Dnipropetrovsk no data de uno o dos años. Es necesario viajar en el tiempo hasta la parte final del proceso de Ricardo La Volpe para recordar los instantes de auténtica plenitud balompédica de un elemento que no tuvo empacho al “coquetear” con cuanta Selección fuera posible.   El “Vasco”, en una actitud habitual para un estratega, ha defendido con uñas y dientes al jugador. Hace unas horas, en el entrenamiento que el Tri realizó en la cancha de pasto sintético del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México, Javier pidió a los aficionados no abuchear a Nery, argumentando que se trata de un mexicano como cualquier otro.  Aguirre se equivocó, pues lo que el medio futbolístico pone a discusión son los motivos por los que Castillo es convocado y no la validez de su nacionalidad, aunque sus amenazas iniciales de vestir los colores de otra nación sí contribuyen a incrementar el recelo y la desconfianza hacia un futbolista antipático.   La Selección Mexicana, por más gastado que suene, debe integrar a los mejores de la actualidad. No debe seguirse apapachando a quien ni siquiera mantuvo una constancia significativa. Si habláramos de un rendimiento alto durante seis o siete años, cuando menos podría esgrimirse que existe la posibilidad de que muy pronto retome su nivel. En este caso, fue un periodo tan breve que no existen las bases necesarias para declarar que es un hombre con la personalidad y el criterio requeridos para resurgir de las cenizas.   Nadie es perfecto. Javier sabe lo que hace, mas no por ello podemos estar de acuerdo. Ya es tiempo de exigirle a Nery Castillo que se gane su llamado. De lo contrario, las sospechas en torno a la existencia de un contrato que obliga a que esté convocado se mantendrán vigentes y con altos índices de credibilidad.   Si con otros jugadores se usarán los mismos parámetros, ¿cuántos tendrían que ser convocados? Menciono sólo unos cuantos de los muchos que brillaron con luz propia en el ayer: Francisco Fonseca, Jaime Lozano, César Villaluz, Antonio De Nigris, Oswaldo Sánchez.