
En la era digital, el teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nuestra persona. Sin embargo, su omnipresencia ha llevado a una complacencia peligrosa, especialmente en entornos de alto riesgo como las estaciones de servicio.
Contrario a la creencia popular que lo tacha de "mito", la prohibición del uso de teléfonos móviles en gasolineras está respaldada por principios fundamentales de seguridad y la opinión de expertos en prevención de incendios y riesgos químicos.
El mecanismo del riesgo: más allá del mito
La principal preocupación radica en la posibilidad de ignición de vapores inflamables de combustible. Existen dos vectores de riesgo principales asociados con los dispositivos electrónicos en estos entornos:
Descargas de Electricidad Estática:
El Dr. John Loudon, experto en seguridad en combustibles, señala que "la acumulación de electricidad estática es el peligro más plausible. La fricción al entrar y salir de un vehículo o al manipular la boquilla del surtidor puede generar una carga estática en el cuerpo. Una descarga de esta electricidad al tocar una superficie metálica, como el propio surtidor, o al manipular un objeto conductor como un teléfono móvil, puede producir una chispa. Si esta chispa ocurre en presencia de una concentración adecuada de vapores de gasolina, la ignición es posible."
La Petroleum Equipment Institute (PEI) y la National Fire Protection Association (NFPA) han documentado numerosos incidentes de incendios en gasolineras atribuidos a la electricidad estática, incluyendo casos donde la manipulación de dispositivos electrónicos no se puede descartar como factor contribuyente.

Chispas internas en dispositivos electrónicos:
Aunque menos común en dispositivos modernos y certificados, la posibilidad de una chispa eléctrica interna en el teléfono es real, especialmente si el dispositivo está dañado, si la batería presenta fallos o durante el proceso de carga.
Los teléfonos móviles no están diseñados con las estrictas normativas "intrínsecamente seguras" que se exigen para equipos electrónicos utilizados en ambientes explosivos (clasificados como ATEX o Clase I, División 1/Zona 0/1). Como resultado, un fallo en un componente interno podría generar una chispa con suficiente energía para encender los vapores de combustible.
Distracción operacional crítica:
Además del riesgo de ignición (proceso o el momento en que una sustancia comienza a arder o a quemarse), el uso del teléfono móvil representa una significativa distracción.
La manipulación de combustible requiere atención plena para prevenir derrames, asegurar la correcta inserción de la boquilla y monitorear el proceso de repostaje. La distracción por una llamada, un mensaje o una aplicación puede llevar a errores que resulten en derrames de combustible, lo cual aumenta drásticamente el riesgo de incendio y exposición a químicos peligrosos. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU. enfatiza la importancia de la atención durante el repostaje para prevenir derrames y la liberación de vapores tóxicos.

Recomendaciones de expertos y organismos de seguridad:
Organismos como la NFPA (National Fire Protection Association), OSHA (Occupational Safety and Health Administration) y el PEI (Petroleum Equipment Institute) desaconsejan enérgicamente el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles durante el repostaje de combustible.
Sus directrices de seguridad son claras y uniformes:
- Apagar el vehículo y los dispositivos electrónicos.
- No fumar ni usar encendedores.
- Mantener la atención plena en el proceso de repostaje.
La evidencia científica y la experiencia en seguridad industrial demuestran que, si bien la probabilidad de que un teléfono móvil cause directamente una ignición es baja, las consecuencias de tal evento son catastróficas. La combinación de posibles chispas por electricidad estática o fallos internos, junto con el riesgo elevado de distracción, convierte el uso del móvil en gasolineras en una práctica imprudente e innecesaria.