Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
La temporada 2018 de los Oakland Athletics podría ser material de película. Se trataría de una secuela de la famosa "Moneyball", que salió a los cines en 2011 y cuya trama se centra en el sistema que utilizó gerente general de la franquicia, Billy Beane, para integrar un equipo con un bajo presupuesto y a base de estadísticas.
En aquel entonces, principios del Siglo XXI, los Athletics se toparon con la dificultad de competir ante los equipos más ricos, que solían llevarse a sus figuras a golpe de chequera. Por ello, Beane apeló a estadísticas particulares, análisis económicos y financieros para reclutar a los jugadores, en lugar de usar indicadores tradicionales, como la capacidad atlética de los peloteros.
Su método forjó a una escuadra que alcanzó su punto más álgido en la temporada 2002, cuando Oakland ganó 103 partidos, incluida una racha de 20 victorias consecutivas entre agosto y septiembre de aquel año.
Aquellos Athletics sorprendieron a propios y extraños, mientras que la estrategia de Beane fue aclamada y documentada en el libro "Moneyball: The Art of Winning an Unfair Game", de Michael Lewis. Posterioremente, el libro fue adaptado a la pantalla grande.
Ahora, 16 años después, Beane permanece en el equipo, ahora como presidente de operaciones de beisbol, y los actuales Ahtletics ya se han ganado comparaciones con los de 2002. Incluso algunos blogs en Estados Unidos se han dado a la tarea de nombrar a los actores que podrían interpretar el papel de los jugadores en una secuela.
Antes de la actual, los Athletics sumaron tres campañas seguidas con récord perdedor y nadie pronosticaba que llegarían a Playoffs este año. Iniciaron la temporada con la nómina más baja de las Mayores, 62 millones dólares y, hasta mediados de junio, tenían un récord de 34 victorias y 36 derrotas, a 11 juegos de los Seattle Mariners en la lucha por uno de los comodines de la Liga Americana.
A partir de ahí a la fecha, dieron un giro y remontaron con una marca de 61-26 para colarse a la postemporada por primera vez en cuatro años. Durante ese periodo, los Athletics vivieron un emotivo momento cuando homenajearon al equipo retratado en "Moneyball" el pasado 18 de agosto. Ese día vencieron 7-1 a los Campeones defensores, Houston Astros, para sumar su victoria 40 en 54 encuentros.
Actualmente, con los cambios a lo largo de la temporada, su nómina es la tercera más baja de la MLB, solo por delante de los Chicago White Sox y los Tampa Bay Rays.
EQUIPO ARMADO CON JÓVENES, DESCARTES Y UNA ESTRELLA EN POTENCIA
Los A's lograron revertir su temporada con un equipo sin grandes estrellas y con algunos movimientos de bajo perfil durante el camino, de ahí las comparaciones con "Moneyball".
De los 10 candidatos que consideraron en primavera para su rotación de pitchers, solo uno se ha mantenido a la altura, el zurdo Sean Manaea, que ostenta un récord de 12 triunfos y nueve derrotas.
Ante las lesiones y la falta de efectividad de otros lanzadores, los Athletics recurrieron a las "sobras" de agentes libres en marzo y contrataron a dos viejos conocidos: Trevor Cahill y Brett Anderson. Además, sumaron al veterano Edwin Jackson. Los tres han aportado al éxito de Oakland y a cambio de salarios que juntos ni siquiera superan los cinco millones de dólares.
Mientras que sus relevistas también han hecho lo suyo. Blake Treinen renació desde su llegada en julio de 2017 y a la fecha suma 50 salvamentos en 57 intentos. El novato Lou Trivino dio un paso al frente y la llegada de Jeurys Familia y Fernando Rodney fortalecieron al equipo de pitcheo.
Tan buenos han sido sus cerradores que los Athletics en agosto tenían marca de 51-0 cuando llegaban con ventaja después de los primeros siete innings.
En resumen, los A's han vuelto a sacar provecho de una mezcla del talento hecho en casa, descartes de otros equipos y tienen a su potencial estrella en Matt Chapman. El joven de 25 años se perfila para ganar el Guante de Oro en tercera base y tiene poder con el bat; acumula 17 cuadrangulares en la campaña y su OBP (porcentaje de embasarse) es de 3.62.
Oakland abrirá su postemporada en la Ronda de Comodines ante una de las nóminas más caras de la Gran Carpa, los New York Yankees. Será un solo juego a matar o morir para mantener el sueño de un campeonato vivo al menos una fase más.
En aquel entonces, principios del Siglo XXI, los Athletics se toparon con la dificultad de competir ante los equipos más ricos, que solían llevarse a sus figuras a golpe de chequera. Por ello, Beane apeló a estadísticas particulares, análisis económicos y financieros para reclutar a los jugadores, en lugar de usar indicadores tradicionales, como la capacidad atlética de los peloteros.
Su método forjó a una escuadra que alcanzó su punto más álgido en la temporada 2002, cuando Oakland ganó 103 partidos, incluida una racha de 20 victorias consecutivas entre agosto y septiembre de aquel año.
Aquellos Athletics sorprendieron a propios y extraños, mientras que la estrategia de Beane fue aclamada y documentada en el libro "Moneyball: The Art of Winning an Unfair Game", de Michael Lewis. Posterioremente, el libro fue adaptado a la pantalla grande.
Ahora, 16 años después, Beane permanece en el equipo, ahora como presidente de operaciones de beisbol, y los actuales Ahtletics ya se han ganado comparaciones con los de 2002. Incluso algunos blogs en Estados Unidos se han dado a la tarea de nombrar a los actores que podrían interpretar el papel de los jugadores en una secuela.
Antes de la actual, los Athletics sumaron tres campañas seguidas con récord perdedor y nadie pronosticaba que llegarían a Playoffs este año. Iniciaron la temporada con la nómina más baja de las Mayores, 62 millones dólares y, hasta mediados de junio, tenían un récord de 34 victorias y 36 derrotas, a 11 juegos de los Seattle Mariners en la lucha por uno de los comodines de la Liga Americana.
A partir de ahí a la fecha, dieron un giro y remontaron con una marca de 61-26 para colarse a la postemporada por primera vez en cuatro años. Durante ese periodo, los Athletics vivieron un emotivo momento cuando homenajearon al equipo retratado en "Moneyball" el pasado 18 de agosto. Ese día vencieron 7-1 a los Campeones defensores, Houston Astros, para sumar su victoria 40 en 54 encuentros.
Actualmente, con los cambios a lo largo de la temporada, su nómina es la tercera más baja de la MLB, solo por delante de los Chicago White Sox y los Tampa Bay Rays.
EQUIPO ARMADO CON JÓVENES, DESCARTES Y UNA ESTRELLA EN POTENCIA
Los A's lograron revertir su temporada con un equipo sin grandes estrellas y con algunos movimientos de bajo perfil durante el camino, de ahí las comparaciones con "Moneyball".
De los 10 candidatos que consideraron en primavera para su rotación de pitchers, solo uno se ha mantenido a la altura, el zurdo Sean Manaea, que ostenta un récord de 12 triunfos y nueve derrotas.
Ante las lesiones y la falta de efectividad de otros lanzadores, los Athletics recurrieron a las "sobras" de agentes libres en marzo y contrataron a dos viejos conocidos: Trevor Cahill y Brett Anderson. Además, sumaron al veterano Edwin Jackson. Los tres han aportado al éxito de Oakland y a cambio de salarios que juntos ni siquiera superan los cinco millones de dólares.
Mientras que sus relevistas también han hecho lo suyo. Blake Treinen renació desde su llegada en julio de 2017 y a la fecha suma 50 salvamentos en 57 intentos. El novato Lou Trivino dio un paso al frente y la llegada de Jeurys Familia y Fernando Rodney fortalecieron al equipo de pitcheo.
Tan buenos han sido sus cerradores que los Athletics en agosto tenían marca de 51-0 cuando llegaban con ventaja después de los primeros siete innings.
En resumen, los A's han vuelto a sacar provecho de una mezcla del talento hecho en casa, descartes de otros equipos y tienen a su potencial estrella en Matt Chapman. El joven de 25 años se perfila para ganar el Guante de Oro en tercera base y tiene poder con el bat; acumula 17 cuadrangulares en la campaña y su OBP (porcentaje de embasarse) es de 3.62.
Oakland abrirá su postemporada en la Ronda de Comodines ante una de las nóminas más caras de la Gran Carpa, los New York Yankees. Será un solo juego a matar o morir para mantener el sueño de un campeonato vivo al menos una fase más.